El cantante era senador justicialista por Tucumán cuando estalló el escándalo que terminó con la sanción de la ley de flexibilización laboral. También declararó el ex senador radical Leopoldo Moreau.
Ramón «Palito» Ortega, senador justicialista por Tucumán cuando estalló el escándalo por presuntas coimas en el Senado para aprobar la Reforma Laboral en 2000, fue uno de los cuatro testigos que declararon hoy ante el Tribunal Oral Federal 3.
Además del ex gobernador tucumano, prestó declaración en los tribunales federales de Comodoro Py 2002, el ex senador radical Leopoldo Moreau, mientras que para esta tarde se espera que lo hagan Horacio Usandizaga, y Horacio Massaccesi, también ex senadores del bloque radical.
Ortega aseguró hoy haberse enterado «por un anónimo» de los supuestos sobornos en la Cámara Alta en 2000 para la aprobación de la reforma laboral y confió que a raíz de esa nota en el bloque peronista «había un clima muy pesado, todos sospechaban de todos».
El cantante, que en la etapa de instrucción de la causa estuvo imputado y terminó sobreseído, recordó que en la bancada justicialista todos se preguntaban «quién había sido el autor de ese anónimo» y también sostuvo que entre sus pares «no se salvó nadie de la sospecha».
Al declarar esta mañana como testigo ante el Tribunal Oral Federal 3, en el juicio que se lleva adelante contra el ex presidente Fernando de la Rúa y otros siete acusados del supuesto delito de «cohecho», Ortega mostró lagunas mentales al punto que repitió «no recuerdo» varias decenas de veces.
En cambio, trató de desligar su actuación personal de la labor parlamentaria en su mandato porque -sostuvo- «yo estaba un poco aislado, no me había podido colocar en ninguna comisión y tampoco tenía despacho en el palacio del Congreso, sino afuera».
Ortega argumentó que hubo «una mala interpretación» de su vínculo con el caso a partir de que llamó al ex presidente Eduardo Alberto Duhalde y le contó lo del anónimo, pero luego Antonio Cafiero también llamó al ex presidente y éste le dijo: «No me cuentes nada porque yo lo sé por Palito».
Por eso, según el testigo, el diario La Nación publicó luego una noticia vinculándolo con el escándalo de los supuestos sobornos tras hablar con Cafiero y aseguró que después el nonagenario dirigente peronista le «pidió disculpas» y le dijo que él nunca le «involucró».
«Una vez me crucé a el periodista de La Nación, Joaquín Morales Sola, en el Congreso y me dijo que si llegaba a dar una nota le gustaría que se la diera a él», evocó Ortega y razonó: «Me pregunté qué nota podía dar si yo no sabía nada».
Pasado el mediodía empezó a testimoniar el empresario y entonces senador radical Leopoldo Moreau, quien recordó haber pedido a Cafiero, en una sesión de la Cámara Alta, que «precisara la denuncia de los supuestos sobornos y diera los nombres» de los presuntos participantes.
«Algunos senadores planteamos que el Senado debía crear una comisión investigadora pero eso no prosperó», agregó.
También sostuvo que a su criterio la ley de reforma laboral no era «importante» para la Casa Rosada sino que -prosiguió- «los organismos internacionales de crédito querían imponer esta ley para demostrar que el Gobierno tenía autoridad».
Para esta tarde se preveían los testimonios de los ex senadores radicales Horacio Masaccesi y Horacio Usandizaga.
Además, el Tribunal resolvió que un perito médico asista al domicilio de Cafiero, en el partido bonaerense de San Isidro, para verificar si es cierto que, por razones de salud, no puede trasladarse a los tribunales federales del barrio de Retiro donde debe presentarse como testigo.
En este juicio se investiga si el Gobierno de la Alianza pagó cinco millones de pesos/dólares en coimas a senadores para que el 26 de abril de 2000 aprobaran la ley de reforma laboral, según la versión del secretario parlamentario Pontaquarto, quien confesó ser el «valijero» de los supuestos sobornos.
El ex presidente Fernando De la Rúa, el ex secretario parlamentario y arrepentido Pontaquarto, el ex ministro de Trabajo Alberto Flamarique y el ex jefe de la SIDE Fernando de Santibañes están acusados de supuesto «cohecho» activo.
Mientras los entonces senadores del PJ Augusto Alasino, Remo Costanzo, Alberto Tell y Ricardo Branda están imputados de «cohecho» pasivo, es decir cobrar.
Tanto De la Rúa como el resto de los imputados ya declararon en el inicio del debate y negaron rotundamente la existencia de esos pagos.
Hasta ahora el único que dio precisiones del pago de sobornos fue al arrepentido Mario Pontaquarto, ex secretario parlamentario de la UCR, que confesó haber retirado 5 millones de pesos de la SIDE luego una reunión en Casa de Gobierno donde el ex presidente Fernando de la Rúa habría dado la orden.
Todos los acusados: De la Rúa; el ex titular de la SIDE, Fernando de Santibañes; el ex ministro de Trabajo, Alberto Flamarique y los entonces senadores peronistas Augusto Alasino, Ricardo Branca, Alberto Tell y Remo Constanzo, negaron el hecho.
En cambio, aunque dijeron no tener elementos de prueba, el ex vicepresidente Carlos «Chacho» Alvarez dijo tener “certeza política“ de que hubo coimas, en tanto el ex jefe de gabinete Rodolfo Terragno admitió que hubo un decreto de extensión presupuestaria para la SIDE que se negó a rubricar, y la entonces diputada radical Elisa Carrió consideró “absolutamente creíble“ la denuncia del arrepentido.
En la última audiencia de este proceso, el pasado jueves 27, la ex senadora Vilma Ibarra dijo que Alasino amenazó con no darle el voto a los proyectos aliancistas si le reducían su planta de personal; mientras que el ex ministro del Interior del menemismo Carlos Corach, negó saber nada pero admitió que «había versiones de todo tipo» sobre coimas para aprobar otras leyes, como la de hidrocarburos.
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