Bruno Lábaque explicó por qué pateo la pelota, lo cual determinó que perdiera Atenas. “No fue por enojo”, dijo.
Muy difícil encontrar una resolución de un partido tan rara e increíble como la que se dio el miércoles en Córdoba. Atenas y La Unión estaban teniendo un final muy cerrado en el Cerutti. A cinco segundos del final, Fierro había puesto a los locales un punto arriba tras un doble. Lamonte, en la siguiente, intentó la heroica pero falló y la bola salió por el fondo. ¿Terminado? Eso es lo que pensó Bruno Lábaque. El símbolo del Griego le dio un patadón a la pelota. O festejando lo que para él era un triunfazo. Pero no se percató que en el reloj quedaban cinco décimas. El árbitro Rougier le cobró falta técnica, Lauría metió dos libres y la victoria quedó para los formoseños.
“Más que calentura siento impotencia”, contó el base el día después en Olé . “No pateo por enojo, fue un festejo porque pensé que había terminado. El reloj estaba en cero, no vi las décimas. Se me juntaron muchas cosas. Una victoria así, ver a mi viejo emocionado en su primer partido tras la suspensión ( NdeR: el lío con Gabini del año pasado). Por todo eso exploté de alegría y me salió eso”, señaló Bruno.
Fuente: Olè