La chica tenía un hijo de 5 años y una nena de 2, cuyo padre fue detenido como principal sospechoso del crimen. Un tatuaje fue clave para saber que el cuerpo que el sábado pasado apareció decapitado y mutilado en Entre Ríos, debajo del puente General Urquiza del Complejo Zárate-Brazo Largo, es el de Solange Victoria Aguirre. La chica (22) era buscada en la localidad bonaerense de Benavídez, donde su familia había denunciado su desaparición.
La joven tenía un hijo de 5 años y una nena de 2, cuyas iniciales “A” y “L” las llevaba tatuadas en un hombro. El padre de esta última, Alejandro Reynoso (41), dueño de dos pollerías en Benavídez, dijo haber visto por última vez a Solange, el miércoles pasado. Aunque en rigor nunca convivieron como pareja, sí tuvieron a la nena y mantenían un pleito por su manutención.
Cuando se determinó que la víctima era Aguirre, la policía realizó una serie de investigaciones y detuvo a Reynoso. En su casa se encontró el chip del celular de Solange, que lo comprometería con el crimen.
Fuente: La Razòn