DAMASCO — El emisario internacional Lakhdar Brahimi llegó este jueves a Damasco para su primera y «extremadamente difícil» visita a Siria, mientras que en Alepo, segunda ciudad del país, se recrudecían los combates y bombardeos.
Antes de la llegada del mediador, que se reunirá con el presidente Bashar al Asad, continuaban los bombardeos de los bastiones rebeldes y los encarnizados combates, especialmente en Alepo, escenario de batallas desde hace más de un mes y medio, donde los insurgentes avanzaron este jueves hacia el centro de la ciudad.
Brahimi, que visita el país por primera vez desde que asumiera sus funciones a principios de septiembre, llegó a la capital siria acompañado por el viceministro sirio de Asuntos Exteriores, Faisal Meqdad, que le deseó «todo el éxito posible». «Confiamos en que Brahimi comprenda el desarrollo (de la crisis) y la manera de solucionar los problemas a pesar de las complicaciones», indicó el responsable sirio.
El emisario, que sucedió a Kofi Annan, juzgó el lunes su misión de «extremadamente difícil», mientras que el conflicto en Siria no da tregua.
«Durante su visita a Siria, Brahimi se entrevistará con el Gobierno y representantes de la oposición siria y de la sociedad civil», indicó su portavoz, Ahmad Fawzi, en un comunicado.
Brahimi se reunirá este jueves a las 18h30 (15h30 GMT) con el jefe de la diplomacia, Walid Mualem. El viernes, tendrá una reunión con el presidente sirio y se encontrará con miembros de la oposición del interior, tolerada por el régimen, según Fawzi. Por su parte, una fuente oficial siria, dio cuenta de una entrevista el sábado entre Al Asad y Brahimi.
En Alepo, los insurgentes, que anunciaron haber unificado sus fuerzas militares en la metrópolis, avanzaron, según los habitantes, hacia Midane, un barrio estratégico del centro, donde estallaron combates y los rebeldes tomaron el control de un puesto de policía, antes de ser retomado por el Ejército, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
Por otro lado, una incursión aérea dejó 11 muertos en un barrio de la metrópolis y el OSDH difundió un vídeo donde se veían cuerpos, la mayoría ensangrentados o carbonizados, colocados en camionetas o sobre la acera.
En el otro frente, en Damasco y su región, los bombardeos y los combates eran incesantes en los focos rebeldes: tres personas murieron por los obuses que cayeron en Sayeda Zeinab. Varias localidades cercanas a la capital fueron bombardeadas.
La violencia dejó 23 muertos entre los civiles y los rebeldes, según un balance provisional del OSDH.
A pesar de esta violencia incesante, el ministro británico de Asuntos Exteriores, William Hague, de visita en Bagdad afirmó que «el régimen de Al Asad está condenado, no puede sobrevivir. Ha cometido tantos crímenes que (este régimen) no debería sobrevivir», declaró Hague durante una rueda de prensa conjunta con su homólogo iraquí, Hoshyar Zebari.
Fuente: AFP