El país se encuentra con enfrentamientos internos y, a la vez, impactado por la guerra civil de Siria. Algunos analistas catalogan como “peligrosa” la visita de Benedicto XVI. Se informó que apelará en sus discursos a “una solución pacífica en Siria, y volverá a hacerlo, en un llamamiento dirigido a toda la región”. No obstante, en Líbano el diálogo entre musulmanes y cristianos es ejemplar.
¿Es un viaje peligroso? El Papa visita a partir del viernes y hasta el domingo Líbano, que también está sufriendo las consecuencias de la guerra civil en Siria, y llega con un mensaje de paz en muestra de apoyo a los cristianos de la región.
Benedicto XVI viaja por segunda vez en su pontificado a Cercano Oriente, pero esta vez sólo a Líbano, bajo la sombra del conflicto en el país vecino. Ante las tensiones entre sunitas y chiitas también en Líbano, muchos se preguntan el por qué de este viaje, y es que nunca un papa ha viajado a un lugar tan cerca de un escenario de violencia y derramamiento de sangre.
Hace 15 años, su predecesor Juan Pablo II visitó el país, que tenía a sus espaldas una guerra civil. Karol Wojtyla viajó también para mostrar su apoyo a los cristianos de Líbano, a quienes llamó en varias ocasiones a poner fin a la violencia interna que convirtió a Beirut, una vez floreciente ciudad portuaria junto al Mediterréneo, en una ciudad de escombros y cenizas.
Benedicto XVI volvió a apelar estos meses una y otra vez a la búsqueda de una solución pacífica en Siria, y volverá a hacerlo, en un llamamiento dirigido a toda la región.
Para ello viaja a un país con casi 20 comunidades religiosas, un posible laboratorio de la pluralidad religiosa del futuro en otros lugares.
De la difícil vida para los cristianos en Tierra Santa, y también en países como Irak o Egipto, ya se hizo Benedicto XVI una idea durante su viaje en 2009 a Israel y los territorios palestinos. El Vaticano apuesta por la apertura para que cristianos y musulmanes puedan vivir juntos y cooperar sobre las bases de una «nueva sociedad».
Así lo dice el documento que fija las bases sobre el motivo del viaje al este. Benedicto firmará y entregará en Líbano el documento final del sínodo de obispos de Cercano Oriente de hace dos años, que buscaba vías para salvar a los cristianos de la región de su «dramática situación».
A sólo dos o tres horas de distancia de la peligrosa frontera con Siria, Joseph Ratzinger podrá difundir, acompañado de fuertes medidas de seguridad, su mensaje de paz y ánimo para los cristianos que quedan en la relativamente tranquila Beirut, en la que durante muchos años uno no se podía mover en libertad sin peligro.
No habrá una «agenda política» papal para la solución de conflictos, explicó el nuncio papal en Israel y Chipre, Antonio Franco, a Radio Vaticano. Simplemente, el pontífice animará a los cristianos a trabajar por la paz y la reconciliación y hallar vías políticas justas. Para ello los cristianos deben sin embargo ponerse de acuerdo. Y, «mientras el conflicto árabe-israelí no esté solucionado, los creyentes seguirán abandonando Tierra Santa».
El Papa se reunirá también con líderes musulmanes en Líbano en el palacio presidencial de Baabda, en una importante señal contra la violencia que irradia a toda la región el conflicto israelo-palestino, señala el patriarca de la iglesia católica melquita de Antioquía, Gregorio Laham III.
En Líbano el diálogo entre musulmanes y cristianos es ejemplar y frente a las aguas de Beirut Ratzinger celebrará el domingo, al final de su visita una misa ante la población católica.
Fuente: Hanns-Jochen Kaffsack, Dpa.