Marcelo Antelo está acusado por cinco homicidios ocurridos en 2010 en el Bajo Flores. La fiscalía pidió que lo condenen a 25 años de prisión. El acusado dará sus últimas palabras antes de conocer la decisión del tribunal.
El hombre acusado de haber cometido en 2010 cinco crímenes en el asentamiento Rivadavia de Bajo Flores y que, según testigos, había realizado un pacto con «San La Muerte», tendrá esta mañana la posibilidad de decir sus «últimas palabras» ante el tribunal antes de conocer el veredicto, que podría dictarse hoy.
El abogado querellante Guillermo Surt, quien representa a la familia del estudiante de filosofía Emiliano Ezcurra, una de las víctimas que se le atribuyen al acusado, dijo a Télam que a partir de las 10 el imputado Marcelo Antelo (24) tendrá la posibilidad de decir sus «últimas palabras» ante el Tribunal Oral Criminal 27 (TPC27), a cargo del debate.
El letrado estimó que tras esa diligencia los jueces informarán cuándo dictarán el veredicto, lo que estimó sucederá durante esta misma jornada.
Días atrás, el fiscal del juicio, Raúl María Cavallini, pidió al alegar en el debate que Antelo sea condenado a 25 años de prisión como autor de «homicidio en ocasión de robo» en cinco casos y también por otros delitos menores.
En tanto, el querellante Surt solicitó para el imputado una condena de prisión perpetua, al entender que el crimen de Ezcurra se trató de un «homicidio criminis causa» (matar para ocultar otro delito y lograr la impunidad).
Al exponer ante los jueces Javier De La Fuente, Jorge Romeo y Federico Salva, el fiscal atribuyó a Antelo los crímenes de Ezcurra, Marcelo Cabrera, Pablo Zaniuk, Santos Valeroso Vargas y Jorge Eduardo Mansilla, todos cometidos en el barrio próximo a la villa 1-11-14.
Cavallini consideró que, en todos los casos, Antelo mató a sus víctimas luego de robarles y descartó que haya tenido un «delirio místico» o se haya visto influenciado por un supuesto pacto con «San La Muerte».
Además de los asesinatos, el fiscal lo acusó de una tentativa de homicidio, lesiones, tenencia de arma y un robo.
A su turno, Surt dio por acreditado que Antelo mató a Ezcurra el 11 de abril de 2010 con una pistola calibre 9 milímetros, luego de que el joven ingresara al barrio aparentemente a comprar droga.
El estudiante de filosofía llevaba encima un teléfono celular, una billetera y presuntamente droga, pero cuando se encontró el cuerpo, todos esos elementos habían sido robados.
Si bien no lo mencionó en su alegato, Surt también descartó que el imputado estuviera atravesando un «delirio místico» cuando cometió los crímenes.
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