VERONA.-El equipo argentino debutó con con una victoria ante Italia, aunque en el juego quedaron cosas por apuntalar . Ya de noche, el pequeño lobby del hotel Maxim era en un gentío.Familiares, amigos, dirigentes, fanáticos del rugby y hasta huéspedes argentinos saludaban cálidamente a los Pumas por la victoria ante Italia. Pero el festejo era mesurado, sobrio. Sin estridencias ni excesos. No había lugar para el derroche de alegría. Horas antes, en el estadio Marcantonio Bentegodi, el seleccionado argentino se apuntó la primera victoria de la gira europea. No obstante, dentro del campo de juego dejó más aspectos para mejorar que virtudes por destacar en el éxito por 22-16 frente a la azzurri.
El desahogo final de Felipe Contepomi, tras el pitazo del neozelandés Chris Pollok, resumió fielmente cuán trascendente era para los Pumas obtener un triunfo que, más allá del volumen de juego, les concediera tranquilidad y un envión anímico para encarar el siguiente compromiso (ante Francia, el próximo sábado) desde una posición expectante.
Si la premisa era iniciar la gira exitosamente, el conjunto de Tati Phelan cumplió. Si, en cambio, se buscaba también un rendimiento similar al del último test-match (abultada victoria 41-13 sobre Francia), el cotejo en Verona dejó varias tuercas que ajustar en el andamiaje del XV argentino. Principalmente, los Pumas fueron deficitarios en el line-out. Se vieron exigidos por un equipo que tradicionalmente les ensució la obtención y les propuso una dura batalla en las formaciones fijas (asumieron roles importantes los argentinos nacionalizados italianos Castrogiovanni y Parisse). Aunque los Pumas también colaboraron para su propio deterioro en el juego. Entre lanzamientos mal ejecutados -el propio hooker, Mario Ledesma, asumió parcialmente su error de intentar jugar con la posición del N° 8 en lugar de ir seguro a la del N°4- y falta de timing con la plataforma, se desperdiciaron cinco pelotas por esa vía («Mejor, así tenemos algo para trabajar y mejorar en la semana», bromeó tras el encuentro Mauricio Reggiardo, coach de los fowards).
Italia quiso explotar esta falencia argentina, pero no logró traducir en el in-goal su dominio territorial y de pelota que mostró al comienzo.
Sorprendió adquiriendo potestad en el campo durante la primera media hora, con las tácticas patadas de su fullback McLean para meter presión y una marca por momentos asfixiante, pero no consiguió extenderse en el marcador (su máxima diferencia fue de 6-3). Si bien algunas desatenciones argentinas permitieron a la azzurra cortar la línea de ventaja, la férrea defensa Puma generó anticuerpos para que las punzadas italianas no llegaran a la hemorragia.
Antes del entretiempo, entre Miguel de Achával y Rodrigo Roncero -aguantaron la marca de pie- provocaron las dos infracciones que Contepomi tradujo en puntos para cerrar un primer capítulo sin diferencias (6-6).
La segunda parte encontró al seleccionado argentino con mayor cohesión, decidido a quitarles el rol de intérprete a los locales y con superior vocación ofensiva. Mejoró en el ítem de la obtención -no falló y hasta robó un line italiano-, ajustó más las marcas y, en una de las pocas jugadas donde Italia le concedió espacio, se anotó en el in-goal.
Mariano Galarza, a los nueve minutos, recuperó una pelota en campo argentino y generó un contraataque bien ejecutado por los backs. Una serie de pases permitieron abrir la cancha y llegar hasta el wing. Lucas González Amorosino se lució con un sombrero, con el que se quitó una marca de encima, y cedió para Martín Rodríguez Gurruchaga, que no encontró oposición en su carrera al try. Con el marcador en su favor (13-6), los Pumas consiguieron cierta soltura, aunque su variedad de juego seguía siendo escasa.
Cuando parecía que el desarrollo se volcaba definitivamente en favor del team visitante, un nuevo penal concedido -fueron más de una docena en los 80 minutos- sumió a la Argentina otra vez en el desconcierto. Por la infracción, a falta de cuatro minutos para el final, Galarza fue amonestado y dejó el pack argentino con siete hombres. La formación italiana, históricamente efectiva, impuso su superioridad numérica y forzó el try-penal que prolongó el suspenso hasta el epílogo, con el marcador 19-16.
Un último penal convertido por el capitán argentino sentenció el juego, en el que los Pumas padecieron, de a ratos, un tormento innecesario ante un rival de mucha menor jerarquía que los próximos dos (Francia e Irlanda). Pero, como destacaron los protagonistas tras el partido (ver aparte), la solidaridad y el espíritu característicos del equipo no claudican jamás.
De cara al próximo desafío, en Montpellier, la Argentina se lleva de Italia una victoria. No es poco. Aunque más es lo que queda por corregir en los próximos siete días.
Fessia, otro soldado herido
Genaro Fessia fue otro de los que sintió físicamente la dura batalla con el pack italiano. Según el parte médico, el tercera línea cordobés padece un traumatismo esternal, producto de un choque. Con una buena recuperación, no debería ausentarse en el XV ante Francia.
5 Es la quinta vez, en forma consecutiva, que los Pumas se imponen a Italia como visitantes. No caen aquí desde 1998.
Varias paradas para llegar a Montepellier
Los Pumas dejarán la ciudad de Verona hoy, a las 11. Viajarán, en ómnibus, hacia Milán. Luego tomarán un vuelo hasta París y, de allí, otro hacia Montpellier, sede del segundo test-match, ante Francia. El arribo al hotel Mercure está previsto para las 20.
Fuente: canchallena