Cirujanos de la ciudad de Rosario afirman que las cirugías estéticas se redujeron en un 60%. Además, admiten que la sustitución de las prótesis importadas por las nacionales está lejos de ser una realidad.
Las cirugías estéticas, sobre todo de mamas y glúteos, pareciera ser que es uno de los rubros afectados en cuanto a las trabas en las importaciones. Al menos así lo informaron dos cirujanos plásticos rosarinos, quienes señalaron que este tipo de intervenciones quirúrgicas se redujeron en un 60% en la ciudad santafesina.
Mientras en los consultorios crecen las listas de espera de mujeres ansiosas por lucir un nuevo escote, los especialistas indicaron que, si bien muchas veces las prótesis se usan para cuestiones estéticas y superficiales, estas cirugías son también reparadoras de tumores mamarios, por eso el faltante de implantes también se vincula con temas sanitarios.
«Estamos atravesando una época del año en la que se acerca el verano y las mujeres quieren lucir una bikini. Quieren operarse ahora y hasta noviembre, por eso estacionalmente es necesario que las prótesis estén disponibles», afirmó Guillermo Siemienczuk, cirujano plástico y directivo de la Sociedad Argentina de Cirugía Plástica.
Por su parte, el médico especialista Fernando Soraires, sostuvo: «Si comparamos con otros años, tenemos más de un 60 por ciento menos de pacientes. Si antes de las restricciones operábamos unas 23 pacientes al mes, en este momento serán unas 6 mensuales. El problema es que no tenemos las prótesis y, entre la pesificación y la escasez, es lo mismo que en verano no haya helados». Además, admitió que en su consultorio hay más de 25 pacientes en lista de espera para cirugías estéticas.
Actualmente, los productos utilizados en las intervenciones quirúrgicas provienen, principalmente, de países como Brasil, Estados Unidos y Alemania.
Soraires remarcó la caída en cuanto a la colocación de implantes mamarios en el último tiempo: «Históricamente eran unos 23 al mes, en este momento no llegamos a hacer 5. La solución nacional no existe. Hoy no se fabrican implantes en la Argentina, por eso es terrible tener cerrada la importación cuando el producto no se hace en el país».
Por otro lado, Siemienczuk explicó que no es recomendable colocar cualquier volumen de prótesis: «Mucha gente cree que eso se decide alegremente o por moda y, en realidad, depende de la cantidad de tejido que tenga la paciente para aceptar este material. Por eso, hay que esperar a que se destrabe la situación. Las empresas importadoras nos dicen que los pedidos están en containers y no los pueden sacar».
«El faltante está en las prótesis de mama, glúteos y pantorrilla; las de revestimiento de poliuretano están agotadas», especificó Soraires.
«Hoy por hoy no estamos preparados para competir a nivel mundial. Y cuando se habla de salud deberíamos poder hacerlo con el resto de los países que producen estos productos», coincidió Siemienczuk al precisar que «faltan las prótesis que más se utilizan, que son las de 300 y 350 centímetros cúbicos».
En cuanto a los productos de industria nacional, Soraires aclaró que se elaboran sólo elementos para inyectar en labios y mejillas pero que no llega a sustituir en su totalidad la carencia de material importado.
Por otro lado, los productos de fabricación argentina cuestan casi un 50 por ciento menos que los de origen importado y serían menos invasivos.
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