Tanto, Juan Manuel Abal Medina, como los ministros Hernán Lorenzino y Débora Giorgi, destacaron que la economía argentina “va a seguir creciendo” durante el tradicional Consejo de las Américas. “Confíen en el país, los resultados van a ser exitosos”, les pidió el jefe de Gabinete a los empresarios extranjeros.
Atraer inversores y mostrar que los capitales extranjeros no corren riesgo. Esa fue la premisa con la que se movieron los funcionarios del Gobierno nacional que participaron hoy del clásico Consejo de las Américas que se desarrolló en el Hotel Alvear de Buenos Aires.
El más enfático fue el Jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina que recalcó que la economía argentina “va a seguir creciendo” a pesar de un contexto internacional «tormentoso», y pidió a inversores de los Estados Unidos de América que confíen en el país, al pronosticar que los resultados serán «exitosos».
“La Argentina está experimentando su proceso de crecimiento más grande de su historia. Este es el siglo de la energía, los alimentos y el conocimiento, que es lo que Argentina viene desarrollando” en la última década, insistió el jefe de ministros.
Además, recalcó que «se sigue creando empleo» y que las exportaciones «no se han reprimarizado», a contrapelo de recientes reportes del INDEC y de la asociación de exportadores, que notaron un estancamiento en la generación de puestos de trabajo y advirtieron sobre el escaso valor agregado de las ventas nacionales al exterior, respectivamente.
Abal Medina destacó también las inversiones de empresarios extranjeros en el país y dijo que «son el mejor remedio contra los profetas del desánimo que quieren que a la Argentina le vaya mal».
Por su parte, el ministro de Economía, Hernán Lorenzino, prefiró atacar a las calificadoras de riesgo porque, según dijo, «hace cinco años que nos califican como un país en crisis» y vaticinan que «todo está siempre a punto de explotar, pero no explota».
«La crisis nos dejó la necesidad de revisar todos los paradigmas y hasta los propios países desarrollados ya critican los informes de estas calificadoras, para quienes Grecia en el 2009 era Investment Grade (grado de inversión), creando una burbuja que sirvió para intensificar los efectos de la crisis», indicó el funcionario.
En ese sentido, sostuvo que “es un mecanismo perverso y bien vale el ejemplo de considerar que, para estas calificadoras, Argentina ofrecía mejores garantías de inversión en el 2001 que ahora, y desde hace cinco años nos vienen calificando como un país en crisis con un alto riesgo de no pago».
Por eso, el ministro le planteó a los empresarios que miren “objetivamente las variables principales» de la economía argentina que no paró de crecer desde 2003 en adelante.
«Ahí están los datos objetivos de lo que hemos creado, la verdadera proyección, el crecimiento con inclusión social, la política cambiaria, un sistema financiero sano y fuerte, y una acción sistemática de desendeudamiento», subrayó.
Lorenzino aseguró que «el crecimiento es la primera variable que mira cualquier persona cuando está por realizar una inversión, más allá de algún opinólogo de turno que intenta confundir planteando un escenario de crisis».
El ministro también dejó sentada su posición frente a lo que habitualmente se denomina clima de negocios: «Es una falacia naturalista», dijo.
El ministro aseguró que » en la Argentina hace 10 años hay un gobierno que hace política económica sobre todas las variables, por lo tanto no hay nada más previsible que las acciones impulsadas desde el 2003 en adelante».
Finalmente, Lorenzino se reservó un par de reflexiones respecto de la política de desendeudamiento, cuyos hitos centrales fueron la cancelación de la deuda con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el pago del Boden 2012.
Ya en una ponencia con datos más duros, la ministra de Industria, Débora Giorgi, indicó que «mientras en la industria los motores de la economía mundial muestran una tímida recuperación que no alcanza a los niveles pre-crisis -como EE.UU.- o una nueva caída -como la UE-, las economías de América del Sur, con políticas públicas activas, se recuperan rápidamente», y agregó que «Argentina en particular, muestra una actividad industrial casi 10% superior a los valores previos a la crisis».
Giorgi explicó que, en un contexto de crisis mundial, «Argentina prolonga su mayor ciclo de crecimiento en tiempo y magnitud de la historia, marcando en 2012 un nuevo record en valores absolutos» y destacó, a modo de ejemplo, como estas diferentes performances industriales explican que la tasa de desempleo sea superior al 11% en la UE, que EE.UU. no pueda bajarla del 8,3% y que en América del Sur no supere el 8%.
Así, señaló que entre 2003 y 2012, el PBI nacional creció a un promedio del 7,2% anual (acumula un 95% en el período), marcando el período de mayor crecimiento de la economía argentina en toda su historia. El PBI industrial, en ese mismo período, creció al 4,5% anual promedio y también marca el más fuerte crecimiento de la historia.
«El que invierte puede estar confiado y seguro que en esta economía sólida y en crecimiento, Argentina le va a brindar el rédito y las satisfacciones que todo hombre de negocios pretende», dijo Giorgi y agregó que «tenemos un modelo de crecimiento con inclusión a partir de una solidez macroeconómica, aumento del empleo y sin ajuste, que sostiene un mercado interno pujante e incorpora innovación, ciencia, tecnología y diseño a la producción», dijo Giorgi.
También destacó que, Argentina suma 9 años consecutivos de superávit comercial, con un promedio anual de USD 12.600 millones, y 9 años de superávits gemelos y que cuenta con una acumulación de reservas internacionales de USD 67.000 millones, lo que le permitió alcanzar un desendeudamiento “histórico” al cancelar deuda por USD 20.000 MM sin afectar el crecimiento.
lapoliticaonline.com