Retroceder nunca

CINCINNATI — La aproximación al estado real de la muñeca de Juan Martín del Potro era la entrada en calor, el espacio de peloteo liviano para sentir la bola y las condiciones climáticas, a pocos minutos del partido.

Había llovido toda la noche del jueves en Mason, Ohio. Los accesos al estadio en coche, bicicleta y caminata -no existe el transporte público a menos que se trate de un taxi o buses contratados especialmente, pero en ese caso sería transporte privado- se encontraban tapados. La entrada al club se hacía lenta, y el argentino, en el silencio de una cancha central despoblada, finalmente confirmaba lo que había pensado el día anterior: no sólo se presentaría ante Jeremy Chardy por los cuartos de final de Cincinnati, sino que también impactaría el revés a dos manos, que, por precaución, estuvo presente a cuentagotas en el encuentro anterior, frente a Viktor Troicki.

Es la época del año: nos preocupamos por la muñeca de Del Potro, las rodillas de Nadal, la rodilla de Murray la semana pasada… Djokovic y Federer lucen en lo suyo: el serbio es de goma y puede jugar y ganar torneos seguidos (veremos si lo sentirá a fin de año, como en 2011), mientras que el suizo hace un culto de los descansos y llega fresco a Cincinnati.

«No tengo que fijarme en su lesión, sino concentrarme en lo mío. Si tiene una lesión, mejor para mí», decía Chardy en la previa. La cara del francés se transformó a partir de los primeros puntos del partido que abrió la sesión diurna en la cancha central: las cejas más juntas que nunca, seriedad, preocupación, porque Del Potro no sólo pegaba revés a dos manos, sino que se mostraba intratable con el servicio. El francés intentaba saques al cuerpo, pero el argentino estaba muy rápido para sacárselos de encima con bloqueos, reacciones con una técnica improvisada y efectiva.

Sólo hubo un par de gestos relacionados con el problema en la muñeca: en el 3-1 y 30-15 del primero, sacudió la muñeca en señal de dolor. En el 0-1 y 0-15 del segundo, lanzó un revés largo, miró a Franco Davin y el PF Martiniano Orazi, y se señaló la zona como culpable de ese error. No pasó de esos momentos: sin el calor de los días anteriores, Del Potro redondeó una producción notable ante un jugador que había eliminado a los Andys, Roddick y Murray.

«Hice los tratamientos que correspondían. No me levanté peor que ayer, y quería darme la chance de entrar a la cancha en un torneo tan importante, y hacer lo que podía. La lesión no empeora y creo que de todas maneras hice un gran partido», le dijo Del Potro a ESPNdeportes.com. Especialmente con el servicio: apenas 12 puntos perdidos en sus turnos de saque, los tres break points que enfrentó, consecutivos, levantados en el mismo game. Aún con el partido controlado, bajaban desde una bandeja alta del estadio las palabras de aliento de Muriel y Tomás, argentinos que hicieron un minitour tenístico por Toronto y Cincinnati para seguir, entre otros, al tandilense.

«Todos los jugadores sienten alguna molestia; algunas más serias, otras no tanto. Hay que seguir dando todo», afirma Del Potro, quien se escapa en el octavo lugar del ranking y, más importante, se afianza en la sexta posición de la Carrera de Campeones, el torneo que clasificará al Masters de Londres. Esta diferencia entre ambos listados significa, además, que hasta fin de año, Jo-Wilfried Tsonga (6º en el ranking) y Tomas Berdych (7º) deben defender más puntos que el argentino.

«Fueron 66 tiros ganadores. ¡Increíble!», elogió al micrófono el hombre que lo entrevistó en cancha, aunque había sido un error de lectura de su parte o de su producción: 66 es la cantidad de puntos ganados por Del Potro, contra 45 de Chardy.

La semana próxima, los cuidados de la muñeca continuarán en la clínica Mayo de Rochester, en Minnesota. Allí lo verá Richard Berger, el doctor que dirigió su ya famosa operación en la muñeca derecha, especialista reconocido en esa parte del cuerpo, que ya ha viajado para seguir la evolución de Juan Martín tras la intervención anterior (este año viajó a Indian Wells, por ejemplo). En la Clínica Mayo también fue atendido Roger Federer para escuchar la palabra médica final sobre la mononucleosis sufrida en 2008.

Antes de pensar en consultorios, Del Potro tiene un importante partido este sábado, repetición del duelo por el bronce olímpico en la primera semifinal de Masters 1000 en cancha dura para el argentino desde Indian Wells 2011.

Djokovic sigue siendo favorito, por su título en Toronto, el excelente nivel demostrado ante Marin Cilic -«subí mi nivel en el mejor momento», decía ‘Nole’ con una sonrisa- y el reciente título en Toronto. «No pienso en aquel partido. Como tenista, siempre te acostumbras a perder, el deporte y el calendario te obligan a eso, a recuperarte de las victorias y regresar más fuerte de las derrotas». Quizá, como sucedió en los Juegos, la posición de punto es la que mejor le siente a ‘Delpo’.

Fuente: ESPN