La inflación y el drama social que el gobierno niega


La Argentina es un país que convive con índices inflacionarios que condicionan el presente y el futuro de la economía local. Por qué la inflación es un problema que el gobierno niega como una realidad que afecta a toda la sociedad y las razones que llevan a que se haya convertido en un karma de difícil solución.
Uno de los temas que siempre ha causado honda preocupación en todos los argentinos, han sido las distintas sacudidas que ha tenido la inflación a lo largo de nuestra historia, que ha convertido a este índice en algo fundamental para la vida diaria de millones de argentinos, que sufren enormemente cada punto más que se tiene en el mismo.

Los problemas políticos que ha tenido nuestro país a lo largo de la historia han influido en que la inflación tuviera épocas en donde se disparara por las nubes con alto nivel de incertidumbre, y otras en la que estuviera controlada, donde la previsibilidad era lo que reinaba y se podía pensar en una Argentina a largo plazo.

En estos tiempos, con números del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos) totalmente cuestionados, la inflación ha vuelto a ser uno de los problemas centrales para los argentinos, que temen una nueva estampida inflacionaria en el futuro cercano, que mine aún más las posibilidades de crecimiento de las familias argentinas.

La salida de la convertibilidad y la devaluación propuesta por Eduardo Duhalde y su ministro Jorge Remes Lenicov, hizo que en la Argentina se temiera por un nuevo proceso hiperinflacionario, debido sobre todo a la constante subida que tenía el dólar en esos tiempos, que llevó a la divisa por encima de los 4 pesos a mediados del 2002.

Pero los pronósticos agoreros de muchos economistas, entre ellos muchos de los que habían defendido a capa y espada la convertibilidad, se dieron contra la pared al ver que la economía nacional se recuperaba gradualmente sin la ayuda de afuera y sin que las crisis tan promocionadas desde algunos ámbitos políticos y económicos se convirtieran en realidad.

Se fue Duhalde y asumió Néstor Kirchner la primera magistratura de la Nación , pero el ministro de economía seguía siendo el mismo, Roberto Lavagna, quien llevó adelante un proceso de crecimiento económico, que originó que el país tuviera un período de baja inflación con fuerte crecimiento a un ritmo superior al 8 por ciento anual.

La inflación aparece controlada por el gobierno, pero todo ello se debe en base a la fuerte injerencia que tiene el gobierno kirchnerista sobre la implementación de los métodos para medir el índice inflacionario, lo que ha originado una fuerte polémica, no sólo con los trabajadores del Indec, sino también con el mundo que ha dejado de creer en las estadísticas argentinas, y con la gente común, que no cree en los índices del Indec y ven que los precios en los supermercados aumentan día a día, sin que eso se vea reflejado mensualmente por el organismo estatal.

Otro dato preocupante es la inflación real, muy diferente de la inflación oficial, y por más que el gobierno “dibuje” los datos oficiales de la mano del Secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, la realidad es que tanto la gente común como los empresarios que deben hacer negocios, se mueven con la inflación que se palpa en las calles y no con lo que el gobierno insiste en mostrar como números oficiales. A pesar de los reclamos de trabajadores del Indec y de la gente en su conjunto, el gobierno hace oídos sordos a los reclamos por un cambio de metodología en el organismo oficial y defiende a rajatabla lo hecho por su fiel funcionario.

Son las pequeñas acciones lo que ha comenzado a alarmar a las autoridades económicas nacionales, ya que son las que marcan una situación que el gobierno quiere ocultar y no puede a pesar de sus denodados esfuerzos por hacerlo. La gente en la Argentina está consumiendo menos, y eso en un mercado al cual se le han cerrado muchas puertas en el mundo debido a la interminable pelea que tiene el Ejecutivo con el sector agropecuario y a la falta de dinero que tiene la población como consecuencia de la escalada inflacionaria, ha puesto a la Argentina en una encrucijada, de la cual los responsables económicos por ahora no saben como salir.

Los precios aumentan día a día y el Indec de Guillermo Moreno no registra ninguno de los aumentos que se producen, y “dibuja” un número irreal que en nada se acerca a la realidad que viven los consumidores en los supermercados. Eso se suma a os aumentos constantes que se sufren en otros rubros, como es en los servicios públicos, el transporte, los alquileres, las expensas, los restaurantes, etc, que hacen que la gente cada vez destine menos dinero al consumo y se retraiga a consumir lo menos indispensable para su subsistencia.

Con las estadísticas oficiales “morenizadas” será muy difícil para la Argentina recuperar el prestigio perdido en el mundo, ya que las inversiones seguirán pasando de lado por nuestro país, privilegiando a países como Brasil, Uruguay, Chile o Perú, donde hay números oficiales confiables y no los “dibujados” por el gobierno nacional desde que dictó la intervención del organismo público allá por el año 2007, perdiendo el mismo la credibilidad que había gozado a lo largo de toda su historia, que ni siquiera la feroz dictadura que se vivió en nuestro país entre 1976 y 1983 había podido tocar.

A lo largo de toda su historia, la Argentina ha sufrido distintos vaivenes en sus índices inflacionarios, que han repercutido aunque sus autoridades no quisieran, en la situación política y social del país. En la actualidad, todos los sondeos de opinión efectuados, remarcan que la inflación, para los argentinos es uno de los temas que más los preocupan, estando entre los tres primeros lugares, lo que deja en claro que la inflación ha vuelto a ser uno de las dificultades medulares para los argentinos, que no quieren que se produzca una nueva corrida inflacionaria que haga sumergir a nuestro país en una de sus tantas crisis a las que los argentinos ya parecen haberse acostumbrado.

Una situación más que compleja por la que atraviesa la Argentina de hoy en el mundo, con un contexto económico más que negativo para nuestro país y con números paupérrimos que no hacen más que dejar en absoluta evidencia la inacción gubernamental en este sentido, sin que el Ejecutivo todavía se dé cuenta de la gravedad extrema de esta situación, y piense más en el acto eleccionario del mes de junio, que en el bienestar de todos los argentinos.
Fuente: www.agenciacna.com