En el país árabe, en plena guerra civil, aloja un grupo de observadores de la Organización de las Naciones Unidas. Ahora, los rusos creen que –a una semana de que acabe el mandato del grupo– se puede hacer modificaciones, pero no disponer la retirada de los diplomáticos, pues “tendría consecuencias muy negativas”.
Rusia se mostró hoy dispuesta a aceptar cambios en la misión de observadores de la ONU en Siria, casi una semana antes de que acabe el mandato del grupo.
Es posible hacer «modificaciones», comunicó el Ministerio de Exteriores ruso a la agencia Interfax. «Una retirada (…) tendría consecuencias negativas muy graves no sólo para el país, sino para toda la región», aseguró el ministerio.
Rusia, uno de los cinco países con derecho a veto en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, apoya «de todas maneras» una extensión del mandato que finaliza al 20 de agosto, según el Kremlin.
Antes, Moscú se había opuesto a un cambio del mandato para los 300 observadores militares desarmados
Fuente: DPA