Teherán dijo que no permitirá que nadie destruya a Siria.
El presidente sirio, Bashar al Assad, reapareció hoy tras dos semanas de ausencia pública y se mostró con un colaborador del líder supremo iraní que dijo que Teherán no permitirá que nadie destruya a Siria, en otra jornada de combates entre el Ejército e insurgentes en la ciudad de Alepo.
Durante el encuentro con Said Jalili, secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Al Assad prometió una vez más «limpiar el país de terroristas», según fue citado por la televisión estatal siria, que transmitió imágenes de la reunión entre el presidente y una delegación oficial iraní.
Al Assad. La entrevista llegó un día después de que la peor serie de reveses sufrida por Al Assad en 17 meses de revuelta opositora se coronora con la deserción de su primer ministro, y además concidió con la difusión por la TV estatal de imágenes del nuevo premier presidiendo una reunión de gabinete con aires de normalidad.
Luego de la reunión con Al Assad, que se celebró en un lugar no revelado al parecer por motivos de seguridad, Jalili, un estrecho colaborador del líder supremo iraní, el ayatollah Ali Jamenei, dijo que Irán no tolerará que ni la revuelta ni ningún enemigo externo rompan su asociación estratégica con Siria.
«Irán no permitirá que el eje de la resistencia, del cual considera a Siria una parte esencial, sea roto de ninguna manera», dijo Jalili, citado por la TV estatal siria y la agencia de noticias SANA, que publicó fotos del encuentro, con Al Assad vestido de traje y corbata y el iraní con saco azul sin corbata.
El `eje de la resistencia` es una referencia a la alianza chiíta anti Israel entre Irán, el gobierno de Siria -dominado por los alawitas, una rama de los chiítas- y el movimiento islamista libanés Hezbollah, que en 2006 peleó una guerra contra el Estado judío con apoyo sirio e iraní.
Irán acusa a las petromonarquías sunnitas del Golfo Pérsico y a Turquía -aliados de Estados Unidos y de las potencias europeas- de responsabilidad en el baño de sangre en Siria por apoyar con armas y dinero a los insurgentes alzados contra Al Assad, que son en su inmensa mayoría sunnitas.
A su vez, las potencias occidentales temen que grupos islamistas antioccidentales que se sumaron a la sublevación en Siria, como Al Qaeda, saquen provecho si triunfa la oposición a Al Assad.
La visita de Jalili llegó luego de que 48 peregrinos iraníes fueran secuestrados en Siria por insurgentes anti Al Assad que los acusan de ser «agentes enemigos», algo rechazado por Irán.
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