Seis muertos en una nueva ola de atentados contra cristianos en Bagdad

Seis muertos y 33 heridos dejó una nueva ola de atentados que se desató el martes por la noche contra la comunidad cristiana de Bagdad, provocando pánico entre los fieles, que en su mayoría no ven otra salida que huir.

Apenas diez días después de la matanza en una iglesia de Bagdad, un arzobispo siriaco católico lanzó un llamamiento a la comunidad internacional, estimando que no ayudar a los cristianos de su país sería «criminal».

«Desde el martes por la noche, hubo 13 bombas y dos obuses de mortero contra casas y negocios pertenecientes a cristianos, que dejaron en total seis muertos y 33 heridos», indicó este miércoles una fuente del ministerio de Defensa, que también dio cuenta de una iglesia dañada.

En la noche del martes, tres casas pertenecientes a cristianos de Mansur (oeste) fueron blanco de atentados, que dejaron tres heridos, uno de ellos un bebé de cuatro meses, según el vicario episcopal siriaco católico, monseñor Píos Kasha.

Estos ataques se producen apenas diez días después de la matanza en plena misa efectuada por un comando de Al Qaeda en la catedral Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, donde murieron 44 fieles y dos sacerdotes.

Hasta este edificio moderno del barrio de Karrada (centro), donde aún pueden verse las huellas de la matanza, convergieron este miércoles por la mañana familias presas de pánico.

«Hace dos años que mi esposa trata de convencerme de irnos del país, pero yo no estaba de acuerdo. Hoy, estoy seguro que tiene razón, pues no quiero sentirme culpable si ocurriera una desgracia a uno de mis hijos», afirmó Raed Wissam, un obrero de 42 años. Wissam dormía en su domicilio del barrio de Dora (sur) cuando una potente explosión lo despertó bruscamente, alrededor de las 06H00 (03H00 GMT). «Corrí por el techo para ver lo que ocurría y escuché otras tres explosiones. Tres casas de cristianos acababan de ser blanco de bombas. Mis dos hijos gritaban», relató.

El arzobispo siriaco católico Athanase Matti Shaba Matoka consideró «trágica» la situación de los cristianos de Irak. «Sería criminal por parte de la comunidad internacional si no se ocupase de la seguridad de los cristianos», dijo en la catedral, donde trataba de consolar a sus fieles.

El Consejo de Seguridad de la ONU manifestó este miércoles su «consternación» por los ataques contra cristianos y musulmanes en Irak. Existe una «intención deliberada de destrozar a la comunidad cristiana», que se encuentra «en la primera línea de la batalla por la democracia» en Irak, indicó el embajador francés ante la ONU, Gerard Araud.

El Consejo de Seguridad de la ONU manifiesta su «consternación y condena en sus más fuertes términos la reciente sucesión de ataques terroristas en Irak, incluyendo el de hoy», indicó el embajador británico Mark Lyall Grant al leer el comunicado del organismo.

El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Tarcisio Bertone, solicitó este miércoles a las autoridades de Irak que «tomen en consideración» la defensa de los cristianos tras los atentados. La protección de los cristianos en Irak «es un problema que hemos ya abordado con las autoridades de ese país y esperamos que sea tomado en consideración», declaró a la prensa el número dos del Vaticano al margen de una conferencia.

Emmanuel Karim, un informático de 27 años, se preparaba para partir al trabajo en su casa del barrio de Camp Sara (centro) cuando una bomba estalló junto al automóvil que era de su tío, muerto el 31 de octubre en el ataque contra la iglesia.

«No se sabe qué objetivo persiguen esos criminales, pero lo que es cierto es que ésto llevará aún a más cristianos a emigrar. ¿Dónde está la seguridad que el gobierno debe ofrecer a los ciudadanos cristianos o musulmanes», se preguntó monseñor Kasha.

El padre Saad Sirap Hanna, sacerdote de la iglesia caldea San José, en Karrada, también indicó que numerosos fieles venían para pedirle consejo.

El 3 de noviembre, la rama iraquí de Al Qaeda había anunciado que lanzaría otros ataques contra los cristianos, después de la expiración de un ultimátum a la iglesia copta de Egipto para que liberase a dos cristianos presentados como «encarcelados en monasterios» por haberse convertido al islam.

La comunidad cristiana de Bagdad, que contaba con unos 450.000 fieles en 2003, antes de la caída del ex presidente Sadam Husein, sólo tiene ahora unos 150.000, debido al éxodo masivo hacia los países vecinos, Europa, Estados Unidos y Australia.

Fuente: AFP