Los 15 CGPC sumaron equipamiento avanzado y fueron reformados en su interior para agilizar los trámites de los vecinos. A fin de mes se inaugurarán dos nuevos centros de gestión en Boedo y Parque Centenario.
Resolver problemas de Rentas, infracciones de tránsito o renovar la licencia de conducir será más sencillo y rápido para los vecinos, a partir del plan de obras que lleva adelante el Gobierno de la Ciudad para reformar todas las sedes comunales.
El programa incluye mejoras edilicias, la instalación de equipamiento tecnológico y la construcción de dos Centros de Gestión y Participación Comunal (CGPC), que serán inaugurados a fin del corriente mes. Uno estará ubicado en la calle Carlos Calvo 3307, junto a la plaza de Boedo, lo que despertó críticas de un grupo de vecinos (ver aparte). El otro, correspondiente a Caballito, funcionará en Patricias Argentinas 277, frente al Parque Centenario, y reemplazará a la sede de la avenida Díaz Vélez 4558. De hecho, la Junta Comunal de esa zona ya se instaló en el flamante edificio.
Entre las obras que ha realizado la Secretaría de Atención Ciudadana en las sedes y subsedes, se destacan: -El reacondicionamiento de la planta baja en la Comuna 1.
-La incorporación de la Junta Comunal en todas las sedes.
-Cambio de pisos, modificación del área de atención al público y nueva iluminación en la 4. -La construcción de un nuevo edificio para la subsede de la 9, ubicado en Directorio al 4342.
-Reforma integral de la subsede de la 11, donde se agregó una sala de casamientos.
-Obras en el edificio 12: accesibilidad, pintura exterior y cambio de pisos.
Desde septiembre, llegará la frutilla del postre. El Gobierno porteño instalará en los 15 CGPC el servicio de Wi-Fi gratuito, que ya funciona en 15 plazas y parques de la Ciudad. Será un nuevo avance para los centros barriales, dado que el sistema no requiere de contraseña y tiene una cobertura de 100 metros de radio a partir del nodo de acceso. Cuenta con un ancho de banda de 3 megas con capacidad para 30 personas en simultáneo, sin límite de tiempo.
Fuente: La Razón