(AFP) – DAMASCO — El jefe de los observadores de la ONU en Siria, el general Robert Mood, criticó este miércoles con un tono poco habitual a la comunidad internacional porque, según él, se limita a hablar en «hoteles de lujo» sin emprender acciones concretas para poner fin a la crisis siria.
El general Mood, jefe de los observadores que se vio obligado a suspender su misión en Siria por la violencia, expresó su decepción frente al inmovilismo en que se encuentra el caso sirio y criticó las reuniones estériles en busca de una solución cuando ya han transcurrido casi 16 meses desde el comienzo de la violencia.
«Hay demasiadas conversaciones en los hoteles de lujo, en agradables reuniones, mientras que se hace muy poco para avanzar y detener la violencia», afirmó a la prensa en Damasco.
El general reconoció no obstante la dificultad de las negociaciones, estimando que la reunión del 30 de junio en Ginebra en la que se alcanzó un consenso para que se instaure un gobierno de transición era «el mejor resultado posible de cara a una solución pacífica para el pueblo sirio».
En Ginebra, los cinco miembros del Consejo de Seguridad (Estados Unidos, China, Rusia, Francia y Gran Bretaña) así como Turquía y algunos países árabes alcanzaron un consenso sobre los principios de una transición en Siria, ausente del encuentro, antes de divergir sobre la interpretación del acuerdo.
Washington estimó que abría la vía a la era «post Asad», mientras que Moscú y Pekín, aliados de Damasco, reafirmaron que eran los sirios los que debían determinar su futuro.
El ministerio sirio de Relaciones Exteriores, que hasta ahora no había reaccionado, celebró el miércoles la posición rusa y china y saludó el acuerdo aunque emitió reservas sobre «algunos puntos».
A estas persistentes divisiones desde que comenzó la revuelta en marzo de 2011 se suman las de la oposición siria, cuya conferencia de El Cairo terminó en un ambiente tenso al punto que algunos de ellos acabaron a puñetazos.
Al término de dos días de reuniones, unos 200 representantes de 30 movimientos de la oposición llegaron a ponerse de acuerdo sobre una transición que excluye al presidente sirio Bashar al Asad, pero discreparon sobre la manera de lograrlo.
Según algunos participantes, hubo opositores que abandonaron las conversaciones dando un portazo y acusando a los demás de monopolizar las decisiones.
El viernes, París acoge una reunión del grupo de Amigos del Pueblo Sirio. Uno de sus objetivos será «alentar» a la oposición siria a unirse y a «aumentar la presión sobre el régimen sirio para que se aplique el plan de Ginebra» y un alto el fuego que jamás fue respetado, según una fuente diplomática occidental.
En un apartado diplomático, Francia y Gran Bretaña exhortaron este miércoles a Rusia a dejar de apoyar al régimen de Bashar al Asad considerando su régimen como «condenado» y que el gobierno ruso tiene interés en retirarle su respaldo.
En tanto, Rusia desmintió conversaciones con Estados Unidos sobre el futuro de Asad, luego de que circularan informaciones de prensa según las cuales la Casa Blanca intentaría convencer al Kremlin de acordarle asilo político al presidente sirio.
Continúan los combates
En el terreno continuaron los combates entre los rebeldes y el ejército, en particular cerca de una de las sedes de la inteligencia de la Fuerza Aérea siria, próxima a la capital, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH).
En Homs, las fuerzas gubernamentales bombardearon dos barrios rebeldes según un militante contactado por Skype.
Según el OSDH 35 civiles, 9 combatientes rebeldes y 26 soldados sirios murieron este miércoles.
Ante la feroz represión, la protesta se militarizó con el correr de los meses, degenerando en un conflicto armado principalmente entre las tropas leales al régimen y el Ejército Sirio Libre (ESL), fuerza aramada de oposición creada por militares disidentes que desertaron.
Un general, el 15º, y varios oficiales del ejército sirio desertaron e ingresaron este miércoles a Turquía, según un diplomático turco.
Por otra parte los cuerpos de los dos pilotos del avión de combate turco derribado el 22 de junio por la defensa antiaérea siria fueron hallados en el mar, según el ejército turco.
Ankara afirma que el avión se hallaba en misión de entrenamiento en el espacio aéreo internacional, mientras que Damasco sostiene que ingresó en su espacio aéreo. Una fuente rusa indicó que el avión había «provocado» a la defensa antiaérea siria, violando «dos veces» el espacio aéreo de ese país.
El presidente sirio lamentó este incidente en una entrevista con un periódico turco, y rechazó las acusaciones de Ankara. También reprochó a su vecino turco de proveer apoyo logístico a los «terroristas» sirios.