Aldana, de 15 años, volvía del colegio y dos ladrones se metieron en el edificio de Azara al 300 detrás de ella.
La apuntaron con armas para exigirle que les entregue los ahorros de sus padres.
Luego, la maniataron, le pegaron en la cabeza y se llevaron dinero, joyas, ropa y electrónicos.
La adolescente sorprendida por asaltantes cuando ingresaba en el edificio de su departamento del barrio porteño de Barracas reveló hoy que los delincuentes le «pegaron» y procuró consolarse al sostener que «la inseguridad siempre va a estar a la vuelta» de la esquina.
Además, la víctima, de 15 años, confirmó que la «amenazaron con cortarle los dedos» si no les decía dónde había «dinero» en el inmueble y ratificó que los ladrones robaron ahorros de sus padres, cuya cifra no detalló, además de saquear su vivienda, del quinto piso del edificio de la calle Azara 365.
Asimismo, confirmó que el episodio, que duró algunas horas, fue padecido también por una empleada doméstica y una profesora de inglés que arribó cuando empezaba el asalto, en la tarde del lunes último.
«Me pegaron y me amenazaron con que me iban a cortar los dedos si no les decía dónde mis padres guardaban dinero en el departamento», contó la víctima, de 15 años e identificada sólo como Aldana.
No obstante, la adolescente, quien sufrió el ataque cuando regresaba con «uniforme» del colegio secundario en el que cursa, dijo que, «por suerte», uno de los golpes que recibió «en la cabeza no pasó a mayores».
«Quedé muy mal anímicamente. Estoy tomando más precauciones pero, de todas formas, la inseguridad está a la vuelta (de la esquina); son cosas que pasan», lamentó la estudiante y, en esa línea, consideró que fue un robo «al voleo».
La alumna argumentó: «Me dijeron que un compañero mío (del colegio) les contó que mis padres tenían dinero ahorrado en nuestro departamento, pero la Policía (Federal) me dijo que es algo que suelen hacer para que uno crea que conocen todos los movimientos de uno».
La adolescente arribó pasadas las 14 de esa jornada al edificio, frente al cual dos hombres de unos 30 años simulaban tocar el portero eléctrico.
Ni bien la estudiante abrió la puerta, los desconocidos empujaron a la alumna hacia el interior del hall y la condujeron a la fuerza hasta el ascensor, donde «se pusieron guantes y sacaron (sendas) armas (de fuego)», relató hoy en diálogo con Canal 26 Aldana.
Una vez en el quinto piso, la obligaron a abrir la puerta de la unidad y, de inmediato, la «ataron» de pies y manos, al igual que a una empleada doméstica que la aguardaba con el almuerzo.
La adolescente, al quejarse de que los asaltantes cometieron el hecho sin sentir que les corría el tiempo ante una eventual detención, enfatizó: «Tranquilos, se comieron los alimentos que me habían preparado».
«Además de dinero, se llevaron un montón de cosas: electrodomésticos, computadores y ropa de mi padre; todo lo que encontraban. Cargaron mucho en una valija», precisó.
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