Claudia Quini se convirtió en la primera mujer en presidir la OIV

En representación de Argentina, la mendocina fue elegida por el 70% de los votos de 30 países de la vitivinicultura mundial. Quiere que Estados Unidos regrese al organismo. Miguel Ángel Flores – mflores@losandes.com.ar

La mendocina Claudia Quini, funcionaria de carrera del Instituto Nacional de Vitivinicultura, se convirtió ayer en la primera mujer que presidirá la Organización Internacional de la Vid y el Vino (OIV), al ser elegida durante la 10° Asamblea General del máximo ente internacional fiscalizador de la actividad vitivinícola celebrada en Esmirna, Turquía.

Quien ya es la nueva responsable del organismo debió dirimir la elección con el sudafricano Jan Booysen, en un comicio del que participaron 30 de 35 países miembros (5 abstenciones).

El resultado le fue favorable con el 69% de los votos, entre los que cosechó el apoyo de los representantes de América Latina y de miembros de la Unión Europea, como Francia y España. Si bien debía realizarse una segunda vuelta por no haber alcanzado el 75% necesario para acceder al cargo, con la renuncia de Booysen quedó formalmente ungida como presidente.

“Hubo apoyo de países clave y eso se notó en el resultado final”, señaló la experta argentina vía telefónica desde Turquía, en referencia al peso de algunos Estados, cuyo sufragio equivale a 2 ó 3. Ya durante su campaña electoral, la representante argentina había cosechado importantes adhesiones que, si bien le permitieron llegar mejor posicionada, debían refrendarse durante la Asamblea.

Ingeniera química de profesión, Quini acredita una trayectoria de 28 años en el INV, como jefa del Grupo de Degustación y Estudios Enológicos, de Viñedos y Normas Analíticas Especiales. Actualmente, está al frente de la subgerencia de Investigación. Sus antecedentes en ese campo, así como también la transferencia de conocimientos y tecnología al sector de pequeños y medianos productores de vinos caseros y artesanales, fueron fundamentos que el Gobierno argentino utilizó para postularla al cargo.

Tal vez, el más relevante fue haberse convertido en referente internacional como representante de Argentina durante las reuniones de equipos técnicos de la OIV, al punto de haber sido reconocida como “Personalidad Científica Calificada”.

Primeras acciones y metas

Tras asumir el cargo, Quini permanecerá en Esmirna durante el fin de semana para preparar la transición. Su primer viaje como presidenta de la OIV será en los próximos días a Brasil, a fin de representar a la entidad en un certamen internacional.

En octubre le espera la primera reunión del organismo como flamante titular, en París. “Ya estamos trabajando con el secretario general en la agenda de temas. Obviamente, hay cuestiones de arrastre y otras nuevas, pero la intención es imprimir una dinámica de trabajo distinta, que ayude a apostar a un mayor consumo y a la inclusión de los países productores emergentes”, anticipó Quini.

Precisamente, la experta argentina considera que ampliar la mesa de la OIV es uno de sus desafíos, “de modo tal que las reglamentaciones técnicas contemplen a toda la vitivinicultura mundial y se facilite el comercio, las relaciones y la competitividad”.

En ese sentido, el retorno de Estados Unidos y la incorporación gradual de China (su primer objetivo declarado es sumar a Shanghai, hoy Estado observador) y -entre los emergentes- a Bolivia, aparecen en su lista. No obstante, asume que no será fácil, “porque para sumar a un Gobierno, primero hay que interesar al sector vitivinícola del país”, sintetizó.

A la hora de hablar de medidas, por ahora Quini menciona: trabajar en la promoción de vinos más jóvenes y ligeros; incluso, “la posibilidad de desarrollar productos a base de vino para atraer a personas de menor edad”. Además, lograr el reconocimiento de la lista de productos e insumos admitidos por la vitivinicultura como información de aceptación general, sin descartar que la misma pueda ampliarse a otros.

Fuente: http://www.losandes.com.ar