A horas de que el Senado decida su destitución por mal desempeño en sus funciones, el presidente de Paraguay cargó contra sus aliados en el poder.
«Fui imputado por los aliados del Partido Liberal, que con este proceso ha demostrado que es un partido tradicional y oportunista que sólo busca beneficios desde el Estado. Mi política siempre ha sido la de la transparencia con todos los paraguayos y la de impulsar el bien común», dijo el mandatario paraguayo.
En pocas horas, el Senado decidirá si lo destituye o no mediante un juicio político que Lugo ha insistido en considerar un «golpe de Estado»
Los diputados «han presentado un libelo acusatorio de cinco puntos que no justifica para nada la destitución de un presidente que fue electo democráticamente», dijo el ex obispo.
«Eso hace pensar -agregó- que lo que está haciendo el Parlamento no es más que un Golpe jurídico, con sustento constitucional, pero sin motivos justos».
Desalojo
Sobre el trágico desalojo del predio de Curugaty, que terminó con 17 muertos entre policías y campesinos, el ex obispo dijo que «aún queda mucho por investigar». Rechazó así que su presunta responsabilidad en el operativo pueda justificar un proceso de destitución.
El mandatario aclaró también que acatará la decisión del Senado, cualquiera sea. «Sin duda el juicio político es una herramienta que existe, eso no podemos negarlo. Pero los motivos que esgrimen los diputados podrían ser aplicables a los 11 presidentes de la región». Lugo aclaró que seguirá haciendo «resistencia», pero desde «una instancia organizativa».
Lugo negó que en durante la jornada del jueves se hubiese planteado la posibilidad de renunciar, tal como luego se lo pidió la Conferencia Episcopal de Paraguay. «Les dije que no era conmigo, sino con el Parlamento con quien debían hablar, para que entendiesen que el proceso se basa en motivos totalmente descabellados»
Apoyo regional
«Tengo un gran apoyo de los sectores populares. Nuestras políticas sociales han dejado su huella en los sectores más vulnerables y eso no se olvida. Tenemos deuda, pero este gobierno siempre ha sido transparente». Esos sectores se encuentran este viernes acampanado frente al Congreso, a la espera de una resolución. «La gente está movilizada -dijo Lugo-, pero también lo está la comunidad internacional».
El presidente reveló que recibió los llamados de sus pares de Venezuela, Ecuador y Bolivia, además del apoyo por escrito de la presidente de Argentina, Cristina Kirchner, y de Brasil, Dilma Rousseff. «Aquí saben que mi destitución tendrá consecuencias», dijo Lugo, y remarcó la inminente presencia de cancilleres de Unasur en Asunción. «Paraguay debe entender que ya no es una isla y los procesos de integración exigen compromisos mutuos».
Historia personal
Consultado sobre el impacto que pudo tener en su suerte política la aparición de al menos dos hijos gestados durante su obispado, Lugo dijo que en fondo de la embestida que enfrenta afloran viejas rencillas partidarias. «No es la primera vez que se ha hablado de juicio político en el Parlamento. Como suele decirse en Paraguay, hay un sector de la política paraguaya que no acepta que un sapo de otro agujero apoye a los sectores sociales que históricamente han sido desposeídos», explicó.
La sucesión
De prosperar el juicio político, la presidencia de Paraguay pasará a manos del vicepresidente Federico Franco. «Franco es del Partido Liberal, el mismo que impulsó mi destitución. No extraña que sectores de este partido tradicional, que nunca se identificó con las clases populares, se haya aliado con el Partido Colorado para sacarme del poder». El mandatario admitió que supo desde un principio que, como independiente, tendría una convivencia conflictiva con los liberales. «Pero siempre me mantuve abierto y dialogante con ellos, aunque firme en la convicción de que había sido el pueblo el que me eligió presidente».
infobae.com