Afirmó que el país sufrirá la mayor desaceleración de la región también por las alzas en los precios y las trabas a las importaciones.
«La Argentina registrará una de las más agudas desaceleraciones del crecimiento en la región, con un crecimiento del 2,2% desde una muy fuerte expansión del 8,9% en 2011, con un ritmo de desaceleración profunda para fines de 2012», sentenció. Previamente, el banco pronosticaba un crecimiento del 3,7 por ciento.
En su informe sobre las perspectivas económicas globales, detalló que «la esperada desaceleración se debe a una demanda doméstica más suave entre los principales socios comerciales, como Brasil. El sentimiento de los consumidores y los inversores continuará deteriorándose».
Al respecto, la entidad que preside el norteamericano Robert Zoellick dijo que la decisión de nacionalizar las acciones de «una importante empresa productora de petróleo -en referencia implícita a Repsol YPF-puede afectar negativamente la confianza y debilitar el crecimiento de la inversión». A tono con las críticas vertidas por el Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó que los «desequilibrios macroeconómicos seguramente persistirán con el crecimiento del consumo privado en una tasa de dos dígitos».
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