Ventaja para Nadal y demoras por lluvia en la semifinal de Roland Garros

El mallorquín se quedó con el set inicial por 6-2 y ganaba 4-1 el segundo ante el valenciano David Ferrer. El agua demoró el juego, pero ya se reanudó. Más tarde, Djokovic y Federer definirán el segundo finalista

La diferencia de experiencia y títulos a favor de Rafael Nadal en Roland Garros también se refleja en el récord global entre ambos tenistas españoles: 15 victorias para el mallorquín contra apenas cuatro de su rival.

Esta temporada, Nadal lo venció tanto en la final de Barcelona, por 7-6 (1) y 7-5, como en la semifinal de Roma, donde volvió a definir a su favor un set muy parejo en el inicio (7-6 tras igualar en 6), pero aplicó luego un contundente 6-0.

En realidad, toda estadística resulta desmoralizante para el valenciano: desde 2009 que no puede vencer al actual Nº2 del mundo (6-4, 6-2 y 6-3 en Australia), y desde 2008 que no le puede sacar ni siquiera un set cuando pierde (derrota en Barcelona por 6-1, 4-6 y 6-1). Con 11 derrotas en los últimos 12 partidos, está claro que el desafío tiene un favorito mucho más claro que el de cualquier otro choque entre dos top 5 del ránking ATP.

Los pronósticos basados en esos números previos se vieron confirmados en el primer parcial, en el que tras el primer quiebre de Nadal, en el quinto game, después de los cual acentuó su dominio utilizando de a ratos un conservador y recurrente slice para ganar precisión a pesar del viento reinante.

También ensayó servicios abiertos, esperando que el viento complique aun más las devoluciones de Ferrer. Éste había iniciado con solidez en su servicio, pero rápidamente se desdibujó tras aquel break inicial y volvió a perder el servicio, lo que decantó el 6-2 final para un corto primer set.

Nadal continuó respondiendo con tiros defensivos soberbios en cada ocasión que su rival intentó tomar la iniciativa. Así logró su tercer y cuarto quiebres para escaparse 4-1. Pero cuando se disponía a servir, la lluvia provocó la suspensión inmediata del partido. La cancha central de Roland Garros quedó cubierta de una lona verde para preservarla del agua y los jugadores se fueron a los cambiadores.

Pero menos de una hora después, y con un curioso sol, casi radiante, el cotejo se reanudó.

Fuente: Infobae