Vuelve a enamorar. Lionel Messi tuvo una actuación brillante ante Ecuador y el público reconoció la tarea con toneladas de afecto.
La del sábado fue una jornada extraordinaria para Lionel Messi. Tan magnífica como histórica. No sólo porque la selección argentina le ganó 4-0 a Ecuador por la quinta fecha de las eliminatorias sudamericanas, con un primer tiempo exquisito, de alto vuelo, sino porque la gran estrella mundial (Messi, obvio), comenzó a enamorar a un público que siempre le fue intolerante y crítico.
Por primera vez en su historia personal, la gran estrella mundial (Messi, obvio) tuvo una actuación memorable con la camiseta de la selección argentina jugando en Buenos Aires.
Por primera vez en su carrera unió las olas de la intolerancia y las críticas en una marea de elogios, de esas que no se olvidan, de aquellas que quedan marcadas no sólo en los páginas de los libros que se multiplican en la Web, sino en el alma. En las fibras más íntimas.
“Que de la mano de Lio Messi, todos la vuelta vamos a dar”, gritó un público encantado por la magia de este Messi que en Argentina comenzó a coleccionar afectos en Córdoba, allá por el 2011, cuando la selección goleó 3-0 a Costa Rica en el Kempes, por la Copa América. Argentina y Messi venían de empatar en Santa Fe ante Colombia y la gente no le perdonó a “Lío” que no jugara como en España.
Lo hostigaron, lo maltrataron. En Córdoba no, acá lo recibieron como lo que es: el mejor jugador del mundo. Acá lo mimaron, lo alentaron, le llenaron el estadio con banderas con su nombre. Y él, devolvió tanto afecto con lo que mejor sabe hacer: jugar al fútbol y acariciar la pelota. Como lo hizo el sábado, como lo hará en septiembre, cuando reciba de la vida el mejor regalo: la paternidad. Justo cuando vuelva a Córdoba con la selección.
Fuente: Mundo D