Con el dólar paralelo a más de $6, el mercado comienza a pensar que el Gobierno echará mano a “viejas recetas”.
Días atrás el titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), José Sbatella, consideró que “por la buena o por la mala” hay que “recuperar soberanía monetaria”, y opinó que la política del país en este orden “debería inducir a una desdolarización del pensamiento, y estar acompañada con algún esquema alternativo de moneda latinoamericana o una unidad de cuenta superior”.
A lo que se refiere el funcionario es a “pesificar”, el verbo que se ha puesto de moda en los últimos tiempos.
En esa misma línea, el economista Mario Rapoport sostuvo: “Por más que la prohibición de compra de divisa estadounidense sea criticada, va a terminar por limpiar el mercado inmobiliario de dólares y eso va a ser positivo. Hay que ir camino a la pesificación”.
Pero pesificar no es la única palabra que se está integrando al léxico cotidiano de los argentinos. La otra, no menor en cuanto a grado de importancia, es “desdoblar”.
Esto es así, dada la aparente simpatía que Axel Kicillof tiene sobre este tipo de régimen, donde conviven varios precios de dólares diferentes.
Mientras los analistas debaten sobre si estas opciones son factibles, los argentinos responden como lo han hecho siempre que la situación se torna confusa: tratan de guardar sus dólares.
“El hecho de poner torniquetes se corresponde con una situación de hemorragia que no existe, pero que, finalmente, a fuerza de insistir en sembrar incertidumbre podrá tornarse real”, advirtió Jorge Todesca, titular de la consultora Finsoport, quien acusa al Gobierno de actuar bajo el influjo de “torpeza y pánico”.
Los argentinos, lejos de seguir los consejos de Cristina Kirchner -cuando afirmó que “nada raro iba a pasar con el dólar”-, no se quedaron tranquilos ante la ola de rumores que circulaban en la city porteña, en las empresas y en las charlas de café.
La sola mención de que puede sobrevenir una pesificación llevó a que, tras meses de estabilidad, los bancos volvieran a sufrir el goteo persistente de ahorristas que ahora optan por retirar sus depósitos.
En ese contexto, la pregunta de cuál debería ser el valor del dólar se torna aún más difícil de responder.
Juan Luis Bour, economista jefe de la Fundación FIEL, indicó que el problema actual es que en el mercado sólo quedan compradores y nadie quiere vender.
“Cuando la oferta no existe, entonces el precio puede ser cualquier cosa, ya deja de depender de los análisis económicos”, afirmó.
Hoy por hoy en la ciudadanía sólo reina la incertidumbre del rumbo financiero, con nuevas medidas restrictivas de la AFIP, con una casi nula venta de dólares en los bancos y una moneda extranjera “paralela” cada vez más cara.
A esto se suma la falta de fondos que están sufriendo varias provincias y que hacen pensar a sus gobernantes en emitir bonos de pago o desdoblar el abono de los sueldos.
Un panorama sombrío se asoma en la Argentina
Fuente: http://ultimahoradiario.com.ar/