La Presidente se mostró con Scioli y llamó a defender empleo y consumo

La presidente, Cristina de Kirchner, confesó que le gusta mucho el chocolate aunque luego haya que tomar algún remedio, así y con humor, rodeada de trabajadores que le manifestaban su cariño, la jefa de Estado volvió a ratificar que su Gobierno está decidido a mantener la demanda y defender los puestos de trabajo. Para garantizar que no esto no es solamente un concepto, les habló directamente a los trabajadores «ustedes saben que soy su compañera y yo sé que son los míos», aseveró.

Los empresarios en esta oportunidad también recibieron un «dulce» mensaje: la promesa que «sostener la inversión va a ser tan importante como sostener la demanda agregada, esas son las claves de la política que vamos a llevar adelante a rajatabla». Reiteró el compromiso de la ampliación de los créditos del Bicentenario por un monto total de 8 mil millones de pesos.

El marco fue la inauguración de una de las plantas de Kraft Food. «Es un orgullo haber cumplido el desafío de volver a producir el chocolate Milka en Argentina después de doce años», dijo su presidente, Juan Garibaldi, a quien la Presidente en broma lo rebautizó Giuseppe Garibaldi. Las autoridades de Kraft no salían de su asombro ante el entusiasmo con la jefa de Estado habló de sus productos. «A mí las que más me gustan son las Oreo, las Cerealitas y el chocolate Milka» y repitió «las Cerealitas me encantan».

Todas las miradas en realidad estaban más puestas en cómo sería el trato de Cristina hacia el gobernador Daniel Scioli días después que el bonaerense confesara sus aspiraciones presidenciales y creara un cruce de declaraciones entre cristinistas y sciolistas. El trato de parte de Cristina hacia Scioli fue formal, lo trató de Sr. Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, pero casi no habló con él.

En medio de las reacciones por ese pronunciamiento, en la que voces de ambos lados se atacaron mutuamente, la jefa de Estado y el mandatario provincial volvieron a coincidir en una ceremonia. Como era lógico suponer Cristina no pronunció ninguna palabra respecto de las aspiraciones presidenciales del gobernador. En su lugar exhortó a que «cada uno ponga el hombro y su cuota de responsabilidad, la responsabilidad de un compromiso fuerte con este país que estamos construyendo».

Cristina volvió a referirse a la crisis internacional y repitió que Argentina está comenzando a tener consecuencias. «El mundo se nos cayó encima nuestro», y se asombro que «se siga creyendo que las recetas de ajuste van a llevar a buen puerto a economías maltrechas, no hay sentido común. Las economías no pueden crecer a partir de la restricción del consumo», aseveró. .

Contenta con los buenos resultados que tiene el modelo, antes escucho de parte de otras dos importantes empresas el anuncio de inversiones, se permitió hacer un llamado a sus «colegas de otras partes del mundo» para que entiendan que es necesario «poner al consumo y la producción en el eje de todas las políticas globales para remontar esta crisis que se inició en 2008 y que parece no tener fin».

Miles de militantes de las diferentes agrupaciones kirchneristas, como jóvenes de La Cámpora, La Kolina, mezclados con trabajadores de la empresa e invitados especiales se agolparon en un depósito que no contaba con ventilación. El acto se ve que desbordó a los organizadores provocando situaciones molestas y de enojo de empresarios, que no acostumbrados a los apretujones y los empujones fueron impedidos de retirarse una vez finalizado el acto. Así, pudo verse el titular de la UIA; José Ignacio de Mendiguren intentando poder salir sin éxito. En este contexto, y preguntado respecto a las limitaciones para la adquisición de dólares, dijo que estimaba que las restricciones serían temporales. De hecho, durante esta jornada, algunos pocos afortunados pudieron hacerse de la autorización oficial para comprar dólares a diferencia del lunes.

Las autoridades de Kraft le comentaron a Cristina que para poder producir Milka nuevamente en el país fue necesario que técnicos argentinos llevaron a cabo un desarrollo innovador que permitió convertir a la planta industrial inaugurada por la jefa de Estado en la primera planta de Kraft Foods en el mundo que puede fabricar productos Milka y Cadbury.

Esto fue lo que llevó a la primera mandataria a destacar que con los Estados Unidos tenemos déficit en la balanza comercial pero por una buena causa, es que de este mercado se importan tecnología para industrializar el país.

En este contexto se refirió a YPF. Destacó la «fuerte inversión» en ciencia y tecnología que experimenta el país y agregó que «estamos apostando mucho al desarrollo de los proveedores» para la producción de Shale Gas, a partir de la expropiación del 51 por ciento de las acciones de Repsol-YPF. Y anticipo que el sector industrial está muy entusiasmado ante esta perspectiva.

«Estamos muy contentos con las inversiones de todas las empresas nacionales y extranjeras y queremos que vengan más», invito la primera mandataria. Explicó que las inversiones vienen porque el «modelo» permitió incorporar 5 millones de trabajadores y además los trabajadores argentinos tienen «el mejor salario básico de la región que nos permite sostener el consumo», aseveró.

Al termino del acto, numerosos micros escolares esperaban a los militantes kirchneristas para llevarlos a sus hogares aunque en esta oportunidad se fueron comiendo el chocolate preferido de su jefa.
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