El primer ministro y su rival de centroizquierda se atribuyeron la victoria. Los resultados a boca de urna indicaban un empate técnico, con 28 bancas para el oficialismo y 27 para los opositores. Una coalición de partidos árabes, con 13 bancas, será la tercera fuerza.
El primer ministro conservador israelí Benjamin Netanyahu se declaró vencedor anoche de unos apretados comicios legislativos, que según los sondeos lo dejaban codo a codo con su rival laborista Isaac Herzog.
La cadena televisiva pública Canal 1 y el privado Canal 10 le daban al Likud conservador 27 bancas en el Parlamento -sobre un total de 120 bancas- e igual número para la opositora Unión Sionista. Un tercer sondeo, del Canal 2 -privado- le dio al Likud una banca de ventaja, lo que significaría ocupar 28 asientos en el Parlamento.
Pero según los analistas Netanyahu partía con ventaja, teniendo en cuenta la aparente distribución de escaños, para forjar una nueva coalición que le permitiría convertirse de nuevo en jefe de gobierno, lo que prolongaría los seis años que ya lleva en el poder.
Una coalición de partidos árabes obtendría el tercer lugar, con 12 a 13 escaños, según los sondeos, es decir, el mejor resultado de esos cuatro partidos en la historia de Israel. “Contra todos los pronósticos: una gran victoria para el Likud. ¡Una gran victoria para el pueblo de Israel!”, declaró Netanyahu a través de su cuenta Twitter.
Herzog declaró a su vez que los resultados le permiten ser primer ministro. “Todo está abierto”, dijo el líder de la Unión Sionista ante simpatizantes en Tel Aviv.
Unos 5,88 millones de electores estaban convocados en más de 10.000 centros de votación. Los colegios electorales cerraron a las 20 GMT (17 de Argentina).
A causa de la fragmentación habitual de la escena política israelí, los electores ya podían hacerse una idea de la configuración de su 20ª Kneset, pero podrían tardar semanas en conocer el nombre del nuevo jefe de gobierno.
Netanyahu, de 65 años de edad, primer ministro desde marzo de 2009, hizo una campaña progresivamente hacia la derecha para recuperar terreno, hasta el punto de anunciar que no aprobaría el proyecto de un Estado palestino si vuelve al poder.
Por su parte, Herzog dijo a sus partidarios que hará “todo el esfuerzo necesario” para conformar el siguiente gobierno de coalición.
Es posible que la decisión de formar una alianza recaiga en Moshe Kahlon, el líder de un nuevo partido de centro que podría aportar el apoyo necesario para asegurar una mayoría. Kahlon, cuya campaña política se enfocó en reducir el alto costo de vida en Israel, no ha manifestado su apoyo a ninguno de los dos candidatos.
Movilización de los árabes
“Está claro que el primer ministro Benjamin Netanyahu formará el próximo gobierno y por ello, decimos claramente que iremos ante el tribunal de La Haya, declaró el responsable palestino Saeb Erakat. “Todos hemos oído las declaraciones de Netanyahu contra un Estado palestino y en favor de la continuación de la colonización: ahora incumbe a la comunidad internacional asumir la iniciativa de Palestina al CPI y adhesiones a más organizaciones internacionales”, añadió.
Fue el propio Netanyahu el que precipitó estas elecciones anticipadas, convocadas dos años antes de lo previsto, cuando a fines de 2014 rompió la coalición gubernamental, creyendo estar en posición de fuerza frente a sus adversarios, en particular Herzog. Herzog, de 54 años, y su aliada la ex ministra de Relaciones Exteriores Tzipi Livni, basaron su campaña en los temas económicos y sociales. Herzog podría convertirse en el primer jefe de gobierno laborista desde hace 14 años.
De las 25 listas en competición, unas 11 superarían, según los pronósticos, el mínimo necesario para acceder al reparto de escaños.
En el sistema político y electoral israelí, el presidente no está obligado a convocar al jefe del partido más votado para formar el nuevo gobierno.
Hamas no ve diferencia entre ambos
El dirigente de Hamas Mushir al-Masri dijo anoche que el movimiento islamista palestino no ve diferencia entre la derecha y la izquierda de Israel, luego de conocerse los primeros sondeos sobre las elecciones celebradas en ese país.
“Hamas no tiene demasiado en cuenta los resultados de las elecciones israelíes porque no ve diferencia entre la derecha y la izquierda. Ambos compiten por lograr judaizar más Jerusalén, incrementar los asentamientos, mantener la ocupación militar, atacar a nuestro pueblo y cometer crímenes contra nosotros”, dijo.
Al-Masri considero que los resultados de los comicios, de los que aún no se conocen datos oficiales, “deben convencer a la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y al partido Al-Fatah de que se olviden de la opción de mantener las absurdas negociaciones y presten atención a la unidad interna y la reconciliación”.
El líder islamista exhortó a la ANP a “restaurar la causa palestina en lugar de apostar por un milagro que nunca se producirá”. “El resultado de las elecciones claramente muestra el aumento de la radicalización con los palestinos. La sociedad israelí se dirige definitivamente hacia la radicalización y el fanatismo”, advirtió al-Masri.
Participación récord del electorado
La participación electoral en Israel en estos comicios alcanzó al 71,8% del electorado (4 puntos por encima del 67,8% de 2013), según datos oficiales citados por el diario Haaretz. El resultado superó además en 7 puntos al de 2009 (65,2%) y en 8,5 al de 2006 (63,2%).
La jornada cerró a las 22 hora local y transcurrió sin incidentes, aunque el presidente de la Comisión Central Electoral, el juez Salim Yubran, prohibió a la emisora ultraortodoxa judía Kol difundir propaganda electoral después de una denuncia del partido sefardí Shas que la acusó de hacer campaña y el premier, Benjamín Netanyahu, se colocó al borde de la ley cuando difundió sus ideas por las redes sociales.
En la ciudad árabe de Um El Fahem, al sureste de Haifa, el presidente de un colegio electoral fue detenido unas horas por la policía bajo sospecha de fraude electoral, al haber supuestamente introducido sobres de forma ilegal.
Por otra parte, la radio pública israelí informó de que la apertura de cuatro centros de votación en la población de mayoría ultraortodoxa de Beit Shemesh, al oeste de Jerusalén, se retrasó debido a la presencia de un objeto sospechoso.
Fuente: Los Andes