Para el cristinismo, Boudou está fuera de peligro.
Luego de la masiva votación de 208 diputados a favor de la confiscación de YPF, el gobierno se vuelca ahora a conseguir los dos tercios de los senadores presentes para aprobar el pliego de Daniel Reposo como Procurador General. Esta operación encuentra serias dificultades, ya que a los 21 votos opositores ya confirmados se le sumarían Carlos Reutemann, Adolfo Rodríguez Saá, Liliana Negre y Juan Carlos Romero. O sea, 25 votos que serían suficientes como para trabar la designación, sin contar con que otra peronista disidente, la salteña Sonia Escudero, se inclinaría en el mismo sentido y quedaría también la incógnita del senador pampeano Carlos Verna.
Un probable curso de acción
En el actual proceso ascendente del cristinismo, una derrota por su obstinación en imponer a Reposo le quitaría a CFK la imagen de invulnerabilidad que tanto le costó recuperar. Es así que en Olivos hay especulaciones acerca de un eventual Plan B que elimine los riesgos de una derrota. La alternativa sería la designación como Procurador General del actual ministro de la Corte Suprema Eugenio Zaffaroni, hoy por hoy el principal cerebro jurídico de la reforma constitucional. Por lógica sería poco probable que alguien renuncie a un cargo vitalicio para pasar a otro que no lo es. Pero Zaffaroni es un caso especial, porque estaría tentado de ser candidato a Jefe de Gobierno porteño en el 2015. Sería una postulación para llenar un gran vacío que sufre el Frente para la Victoria, que ya recurrió en dos ocasiones a la candidatura de Daniel Filmus, con sendos resultados favorables para Mauricio Macri. El involucramiento de Zaffaroni en la arena política se profundiza día a día con su rol como guionista de la reforma constitucional, un tema donde al gobierno le cuesta vestir con algún contenido presentable su obsesión por la reelección de CFK. Por otra parte, en el oficialismo a nadie se le escapa que el nombre de Reposo surgió para tranquilizarlo a Amado Boudou. Éste, acorralado por la dupla Rafecas-Rívolo, amenazaba con hablar de más si lo abandonaban. Pero ahora, como Rafecas fue apartado de la causa Ciccone y es muy probable que también le ocurra lo mismo al fiscal Rívolo, la expectativa es que el frente judicial se aquiete.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que el nuevo titular de la causa, Ariel Lijo, tiene juego político propio. Se formó en los ‘90 con una fallecida camarista, la “Piru” María Luisa Riva Aramayo, muy cercana a Lorenzo Miguel. Por entonces el ex juez federal Gabriel Cavallo, cuñado de Lijo, era el prosecretario de aquélla. La relación entre Lijo y Cavallo prosperó con el curso de los años. Este último es hoy abogado de Ernestina Herrera de Noble en la causa en la que se investiga la filiación de Marcelo y Felipe Noble Herrera. Esta situación obviamente no compromete al nuevo juez de la causa Ciccone pero sí da una idea del juego de equilibrios que pasaría por el despacho del magistrado. Si Lijo, en definitiva, opta por remover a Rívolo, éste sería reemplazado por Jorge di Lello, que no es ni amigo ni enemigo del gobierno. Sin embargo, en relación al destino de la causa, al incorporar al expediente los chats entre Rafecas y el abogado de José María Núñez Carmona, Ignacio Danuzzo Iturraspe, la Sala I de la Cámara Federal valorizó así indicios que son importantes. Éstos conducirían a probar que había una defensa coordinada entre Núñez Carmona, Boudou y Vandenbroele. Se conozcan o no éstos personalmente, esta coordinación existiría y no puede pasarse por alto. De ahí que en Comodoro Py no se espere que Lijo firme en lo inmediato un sobreseimiento de los imputados. Sí se supone que el juez tomaría algunas medidas importantes, ordenaría ciertas diligencias y después, finalmente, cajonearía técnicamente la causa hasta ver cómo evoluciona la ola cristinista. Ahora, si ésta se debilita, Boudou podría tener inmediatamente serios problemas en tribunales.
Fuente: El Informador