Un magnate estadounidense pagó 2.3 millones de dólares para comprar una guillotina con la que, se presupone, le separará la cabeza del cuerpo al inocente animal.
El arte no tiene precio a pesar de que algunos gastan bastante dinero. Tal es el caso del coleccionista que días pasados compró «El Grito», de Edvard Munch, a cambio de una millonada de euros -91, para mayores precisiones-, convirtiéndo a esa obra en la más cara de la historia; al menos hasta hoy.
Ahora, la noticia llega de la mano de un estadounidense que puso 2.300.000 dólares para quedarse con una «escultura». La pieza en cuestión es una guillotina creada por dos estudiantes de la Universidad de Bellas Artes de Berlín.
Como si semejante erogación fuera poca cosa, la finalidad de la compra es algo también sorprendente: decapitar a una indefensa cabra llamada «Norbert».
Fuente: Infonews