Adriana Archieri, la mujer que fue baleada al tirarse del auto en el que iba secuestrada con dos amigas en plena avenida General Paz, admitió que analiza dejar Buenos Aires para mudarse «a un lugar más tranquilo», aunque aclaró que cuando reciba el alta médica volverá a su casa y, por miedo, no saldrá de noche.
«Pensé que me moría», admitió Archieri a DyN desde el sanatorio Agote al recordar el momento en que esperaba la ambulancia tras el ataque ocurrido hace tres semanas, cuando fue llevada como rehén con su hermana y una amiga luego de cenar en la casa de su madre en Vicente López.
La mujer agradeció a los médicos del Hospital Santojanni y de la clínica, que le salvaron la vida, como también al personal de ambos centros asistenciales, a sus amigos y a sus compañeros del triatlón.
«Mi mayor agradecimiento a todos. Ha sido vital e importante para mi recuperación. De este mal momento que pasé rescato estos seres humanos maravillosos, es lo positivo de esto», dijo.
Además, destacó que está «mucho mejor» de la grave lesión de bala que le afectó el pulmón izquierdo y enfatizó que «la herida va a quedar, pero me voy a recuperar un cien por ciento».
«Siento lo que siente todo el mundo, es injusto, porque antes de mí pasaba lo mismo y ahora sigue pasando lo mismo», indicó sobre los repetidos hechos de inseguridad.
Recordó que luego de tirarse del Peugeot 308 de su amiga oyó un ruido, «no un estruendo», y que que caminó unos metros malherida hasta la garita policial en la avenida General Paz, a la altura de la calle Emilio Castro.
Allí estuvo «25 minutos esperando la ambulancia», acostada en el paso, al lado de la colectora, gritando «que me llevaran, porque me moría, me faltaba el aire».
Desde allí fue trasladada al Hospital Santojanni, donde al día siguiente la operaron y estuvo más de dos días en coma inducido, en terapia intensiva.
Archieri, de 41 años, fue llevada después a la clínica Agote, donde espera recibir el alta en los próximos días.
Respecto de sus planes en el futuro, dijo que tratará de «seguir lo más normal posible, con terapia y con rehabilitación», pero aclaró que «la noche no la pienso transitar».
Además, al hablar del momento en que se arrojó del coche, cuando éste arrancaba con los dos delincuentes a bordo, dijo: «Yo lo pensé, no fue un impulso», ya que se desabrochó el cinturón de seguridad «muy discretamente» mientras iba en el asiento trasero.
«Voy a volver a mi casa. Resignación no tengo, pero me dan ganas de irme a un lugar más tranquilo», señaló.
diariohoy.net