Mataron a un oficial de la Policía Metropolitana para robarle su automóvil

Dos delincuentes mataron de un balazo en la cabeza al inspector Leandro Rojas (foto) cuando llegaba a su casa en Avellaneda. El ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, lamentó en Radio 10 la pérdida del uniformado. «Estaba en la fuerza hace dos años, tenía esposa y dos hijas», detalló.
Anoche, alrededor de las 23:30, el agente de la Policía Metropolitana Leandro Rojas fue soprendido por dos delincuentes cuando llegaba a su casa en su camioneta y tras resistirse a un asalto se enfrentó a balazos con los ladrones.

La mujer del agente se encontraba en la puerta de la vivienda, donde su marido cayó tras recibir un disparo en la cabeza.

Rojas fue derivado de urgencia al Hospital Itoiz, donde falleció. Mientras que los dos delincuentes lograron escapar tras el tiroteo, según relato la esposa.

En la causa interviene la Comisaría 2ª de la Policía Bonaerense, ubicada en la localidad de Avellaneda.

El ministro de Justicia y Seguridad de la Ciudad, Guillermo Montenegro, confirmó en diálogo con Radio 10 que el efectivo asesinado fue «la primera baja en la Metropolitana» desde que se creó hace dos años.

«El inspector Leandro Rojas era una persona con experiencia, hace dos años estaba en la fuerza de seguridad», contó el funcionario porteño y agregó: «Estaba casado y con dos hijas pequeñas».

Montenegro no confirmó que los delincuentes sean menores aunque reveló que «la Policía de la provincia de Buenos Aires está trabajando en el tema». «Probablemente sea gente de Avellaneda o de una zona de la Capital cercana», añadió.

El ministro hizo fuerte hincapié en el aumento de casos violentos y sostuvo que «por cualquier cosa reaccionan y comienzan a los tiros». «Es inusitado el nivel de violencia de los casos, con muchas personas menores de edad y con influencia de la droga muy importante», afirmó.

Para concluir, Montenegro reclamó un «trabajo en conjunto» para encontrar los focos de inseguridad. «Hoy hay una importante cantidad de delincuentes y si no hacemos un trabajo en conjunto en lugares como las villas, esta complejidad va a ir en aumento nos guste o no», reflexionó.

Una amiga de la esposa del policía explicó que uno de los delincuentes quiso meterse en la casa y allí comenzó un forcejeo que terminó con la vida de Rojas. «Lo único que hacemos es mendigar justicia. No se puede no vivir así», dijo la mujer.
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