En apenas un par de semanas repuntó unos 20 centavos y se despegó de la cotización que exhibe la divisa en el circuito oficial. Analistas de la city señalan que el mayor margen de maniobra con el que cuenta el Gobierno para utilizar las reservas del Central potenciaron su repunte. Actual escenario
Las mayores restricciones a la compra de dólares por parte del Gobierno no han hecho que el billete verde pierda su atractivo o se haya borrado de la mente de los inversores.
La demanda, bajo distintas «formas y colores», persiste y se hizo más evidente en las últimas ruedas. Y esto queda reflejado en el alza registrada en el mercado paralelo.
La posibilidad con la que cuenta ahora el Gobierno de tener un mayor margen de maniobra para utilizar las reservas del Banco Central no resultó ser un tema menor para el mercado.
Los mayores temores se han visto reflejados en el alza del dólar blue, que se ha convertido en una suerte de «nuevo termómetro» para medir la fiebre en la plaza cambiaria.
En efecto, al estar contenido el valor del oficial, el paralelo no hace más que transformarse en la referencia que siguen muy de cerca los analistas de la city porteña.
Por otro lado, la inflación no da signos de querer «bajarse del pedestal» en el que se encuentra actualmente. Y esto también hace que buena parte del sector privado se vuelque al billete verde o, mejor dicho, al «billete blue».
«Quienes ya hicieron su puesta la día en el consumo y no tienen voluntad de adquirir bienes durables, ven además que el escenario es el de un enfriamiento de la economía y observan que bajaron las tasas de los plazos fijos, entonces optan por refugiarse en el dólar», destaca el director de una reconocida entidad financiera.
Y agrega: «No compran divisas porque les representa un negocio. Lo único que buscan es protección y estar cubiertos ante imprevistos».
Recorrido
Los fuertes controles oficiales llevaron a que, tiempo atrás, el segmento marginal se redujera a una mínima expresión y que, tras un pico registrado en enero por motivos estacionales, a lo largo de febrero la cotización del «blue» cayera, estrechando la brecha existente con el tipo de cambio de pizarra.
Al respecto, la secuencia muestra que el marginal arrancó ese mes (febrero) a $4,79, tras lo cual fue descendiendo para concluir a $4,72.
La tendencia a la baja parecía consolidarse en marzo, habida cuenta de que el día siete de este mes llegó a un mínimo ($4,68).
Pero rápidamente -y tal como suele suceder cuando aparecen factores externos que alteran las condiciones del mercado- en cuestión de días el «gran termómetro» evidenció que el «paciente» volvía a mostrar síntomas de desmejoría.
La reaparición de esta especie de «fiebre cambiaria» quedó en evidencia en el salto registrado en estas últimas dos semanas. En efecto:
• El 7 de marzo se ubicaba en $4,68
• El 15 de marzo, en $4,81
• El 23 de marzo, en $4,89
De modo tal que en ese breve lapso se incrementó nada menos que 21 centavos (4,5%).
En tanto, el oficial finalizó este viernes en $4,38, de modo que la brecha se amplió a un preocupante 11,6 por ciento.
Manejable, estrés y desdoblamiento
Los analistas señalan que cuando la diferencia entre uno y otro (oficial vs. paralelo) es cercana a un 5% el mercado puede manejarse con relativa calma.
Cuando la cifra ya supera el 10% el escenario comienza a tornarse difuso y la plaza cambiaria muestra síntomas de «stress».
En caso de que la brecha se acerque al 20% ya comenzaría a hablarse de un desdoblamiento cambiario, no escrito, pero sí de hecho aplicable en la práctica.
¿Cuál es el riesgo en el que se incurre? Que sea la cotización del «blue», la que se establezca como medida de referencia para la toma de decisiones de buena parte de la sociedad, por más que el volumen que se opere sea muy reducido con relación al de la plaza oficial.
Es decir, ya sea a la hora de decidir la compra de una propiedad, un auto u otro bien, ante el temor que genera el tener que recurrir al circuito informal para reponer esos dólares utilizados en la transacción.
Por qué sube la «fiebre»
Son varias las razones que esgrimen economistas y analistas de la city a la hora de explicar el alza del blue.
Días atrás, el analista Tomas Bulat expresaba: «Su precio va a seguir en aumento. Y esta tendencia llegó para quedarse porque no hace más que reflejar el atraso cambiario frente a la suba de precios».
En su visión, «va a seguir acompañando a la inflación, como el precio de cualquier otro bien. Si este índice ha venido creciendo, es lógico que el blue también lo haga y se distancie del oficial, que está contenido».
En tanto, un operador de la city afirma: «La cotización del paralelo es un indicador muy claro de las perspectivas inflacionarias y del sobreprecio que están dispuesto a pagar ahorristas e inversores para saltear el ‘cepo cambiario'».
Y agrega: «El cierre registrado de $4,89 de este viernes representa una mayor presión sobre el tipo de cambio».
Esta diferencia con el valor de la divisa en el mercado oficial es aceptada por quienes se ven imposibilitados de adquirir los billetes en el mercado formal y por aquellos que estiman que el tipo de cambio seguirá incrementándose.
Efecto Carta Orgánica
El avance del gobierno en modificar la Carta Orgánica del Banco Central -para así contar con un mayor margen de maniobra para el uso de las reservas- es, a ojo de los analistas, lo que produjo la disparada de esta última semana.
En este sentido, Aldo Pignanelli, expresidente del BCRA, considera que «el aumento del dólar marginal es un fiel reflejo de que los inversores no confían en este esquema».
De acuerdo con el ex funcionario, hacia delante la presión en el mercado cambiario crecerá porque «la salida de capitales perdura y, por otra parte, porque no ingresan los dólares suficientes al país».
«La tendencia es que la brecha se vaya abriendo luego de la reforma de la Carta Orgánica, porque así se eliminan las restricciones para que el Central transfiera fondos al Gobierno», destaca Aldo Abram, director de la Fundación Libertad y Progreso.
En una suerte de espiral de consecuencias, el economista opina que se corre el riesgo de que «la demanda genuina vaya orientándose al mercado paralelo».
Desde Orlando Ferreres & Asociados, la economista Milagros Gismondi, afirma: «Estimamos que la distancia entre el blue y el formal se va a ir ensanchando y calculamos que el dólar oficial se va a ubicar en torno a $4,80 en diciembre próximo».
Para la especialista, «el avance en la reforma de la Carta Orgánica no hace más que incrementar la incertidumbre en los inversores».
Ahora bien, ¿qué cambios implica esta modificatoria?. Tal como diera cuenta iProfesional.com estas cinco claves permiten ayudar a entenderlos:
1. Se elimina el concepto de «reservas de libre disponibilidad». Una vez aprobada la iniciativa, será el directorio del Banco Central el que defina cuánto dinero requerirá para llevar adelante la política cambiaria. Así, ya no será necesario que se cubra el 100% de la base monetaria (circulante en poder del público más los depositos de entidades en el BCRA).
2. Se amplían los límites al financiamiento que el Banco Central podrá girarle al Tesoro por la vía de los adelantos transitorios. El tope pasará del 10 al 20% de la recaudación impositiva. Al duplicarse, a los valores proyectados a 2012, dispondrá de unos $53.000 millones.
3. Los fondos en concepto de reservas que constituyen los bancos sobre sus depósitos deberán hacerse en efectivo en el Banco Central. Hasta ahora, parte de esa obligación podía constituirse en las propias entidades. El cambio obliga a depositar en el BCRA unos $20.000 millones, lo que afectaría la liquidez del sistema en su conjunto.
4. El Directorio del Central ya no está obligado a presentar el Programa Monetario Anual. Sólo deberá publicar sus objetivos y planes respecto al desarrollo de la política monetaria, financiera, crediticia y cambiaria, pero sin especificarse cómo lo hará.
5. El organismo monetario incorporará nuevos objetivos, más allá de la defensa del valor de la moneda nacional. Ampliará el radio de responsabilidades, pues deberá observar también la estabilidad monetaria, la financiera y el desarrollo económico.
Todos los caminos conducen al dólar
El apetito dolarizador sigue estampando su sello en el mercado bursátil. Y, ante el cepo cambiario, los títulos en dólares concitan un mayor interés.
«En las últimas ruedas notamos que la demanda de bonos en dólares a corto y mediano plazo (Boden 2012, Bogar 15 y Bonar X) creció aun más que en semanas anteriores», afirma Eduardo Fernández, analista de Rava Sociedad de Bolsa.
El especialista destaca que «en el caso del Boden 2012, el atractivo radica en el pago de capital, que se realizará el próximo 3 de agosto».
La cercanía del vencimiento se suma a la posibilidad que tienen los inversores de comprar con pesos los títulos, para luego retirar divisas estadounidenses al momento del pago.
«Por esta razón, a las aseguradoras que se vieron obligadas a repatriar sus fondos y que se volcaron al mercado en busca de bonos de corto y mediano plazo, se sumaron muchos otros inversores locales, institucionales y minoristas», afirma un operador de una reconocida sociedad de bolsa.
En tanto, para Christian Reos, jefe de Research de Allaria Ledesma, «el Boden 2012 es una forma legal que tienen para hacerse de billetes verdes. Algunos se concentran en este papel, porque el pago del capital está cerca, mientras que otros se posicionan en el Boden 2013, porque no necesitan con urgencia el efectivo».
Otro analista -que prefiere el off the record, asegura que «las últimas medidas del Gobierno reavivaron la presión sobre el tipo de cambio y esto hizo que el dólar ‘conta con liqui’ trepara con mucha fuerza, hasta ubicarse en los $5,06 actuales».
¿Qué es el dólar «contado con liquidación»? Es el resultado de la compra de títulos o papeles en pesos en la plaza local para su posterior venta en el exterior. Así, se logran dejar esos billetes verdes depositados en una cuenta en el extranjero.
Por ejemplo:
• El inversor adquiere en el mercado local un bono en pesos, que también tiene cotización fronteras afuera en dólares.
• Posteriormente pide que se le transfiera el título a una plaza determinada y, una vez ahí, lo transforma en divisas estadounidenses.
El tipo de cambio al cual se cerró la operación de transferencia surge de la diferencia entre el precio de compra en pesos y el de venta en dólares.
Tal como lo expresa Reos, «el contado con liquidación está en un nivel récord. Tras una pausa que duró dos meses lo vemos nuevamente en un valor muy elevado».
Sin embargo, establecer proyecciones para su cotización resulta un tanto difícil de predecir.
«En principio, se trata de un promedio de las operaciones, ya que está prohibido realizar la compra de un título en el mercado local en forma simultánea con la venta de ese papel en una plaza del exterior», señala el especialista de una sociedad de bolsa.
Y agrega que «la venta de un bono para hacerse de dólares fuera del país tarda unas 24 horas pero, aun así, los inversores están dispuestos pagar una divisa más cara a expensas de ganar en seguridad y así dormir tranquilos».
Fuente: iProfesional