La lucha femenina para terminar con la violencia de género en cualquiera de sus manifestaciones también ocupa las paredes de la ciudad. Desde ellas, los reclamos cobran una fuerza capaz de penetrar las resistencias más duras.
Los reclamos contra la violencia de género ganan a diario las calles más allá de las noticias o alguna movilización.
Las paredes también tienen mucho para decir, y desde ellas la reivindicación de la mujer y el reclamo por sus derechos se manifiesta con gritos de colores, con formas que se multiplican, con voces que no son anónimas, porque pueden pertenecer a la mujer que está a nuestro lado en la casa, en el trabajo, en el club, en la escuela.
Las mujeres tienen mucho para decir, y las paredes también son un medio.
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