Qué linda está la Copa

BUENOS AIRES- Queridos lectores, las manitos se me van solas, las palabras corren más rápido que mi cerebro y por eso, les pido encarecidamente no se asusten si leen un exabrupto o una barbaridad salida desde lo más hondo del ser. Es que la Copa Libertadores emociona, señores. Uno es de carne y sueña, ama y se decepciona a diario y con una facilidad asombrosa.

Pasé los últimos años viviendo solo para comentar este certamen que comienza en febrero y termina en julio y que tiene a toda Latinoamérica aferrada al televisor. Pero vayamos a los hechos nunca tan concretos y palpables como en el mundo del fútbol.

Deportivo Quito- Vélez Sarsfield
Esta nueva etapa de la Copa Libertadores comenzó con un inolvidable Deportivo Quito renaciendo desde las mismas cenizas. Con un juego virtuoso, típico del fútbol ecuatoriano que cada día gusta más y amarra mayores seguidores desde Ushuaia al Canal de Panamá. ¡Y no exagero, queridos lectores! El fútbol ecuatoriano crece y nos emociona de una manera impresionante.

3 a 0, sí, señores, tres golazos le hizo el Quito a uno de los equipos con más posibilidades, estoy hablando de mi admirado Vélez Sarsfield que está vez no lució. ¡Qué tercera jornada a plena emotividad! Y esto recién comienza.

En líneas generales, vamos a decir la verdad, el Deportivo Quito se complicó por el buen desempeño de Vélez que jugó con todo. Pero el equipo porteño nada pudo hacer contra las estocadas inolvidables que le propinaron los veloces delanteros del país ecuatorial.

¿Es un resultado sorpresa? No, era previsible que Vélez cayera en Ecuador, esa vieja prédica de que los equipos argentinos ganan en cualquier lado ya está gastada. Ganar en el Estadio Atahualpa es casi imposible. Y este resultado es, ante todo democrático, permite que se abran las puertas para la competencia, todos tienen posibilidades y Vélez, si quiere clasificar primero deberá sacudirse el smoking.

¡3 a 0!, señores qué espectáculo, excelente por el Deportivo Quito y por toda la afición ecuatoriana que ya puede gritar «¡qué fácil es ganarle a los equipos argentinos!»

Boquita-Flumi
¡Intenso, moderno y vibrante! Estos son los tres adjetivos calificativos que mejor describen el partido de anoche. Con Boquita tirado arriba a todo volumen, con Román inspirado que la pisaba a un costadito del campo y habilitaba a Clemente y compañía. Pero, ¿no se daban cuenta los jugadores del Fluminense que Riquelme hacía siempre la misma?

El insportable Fred abrió el marcador con un tanto de cabeza. Empató Somoza apenas comenzado el segundo tiempo. Y Deco, qué jugador, hizo un golazo despegándose de Erviti o Clemente en su defecto y corriendo casi cincuenta metros para rematar al pobre Orión. ¡Golazo! Y eso que no les conté la jugada previa que hizo un petisito ante Roncaglia. ¡Los brasileros son así, pura poesía, puro Drummond de Andrade!

¡Si hasta el genial Wellington Nem tiene nombre de poeta, es como decir Wallace Stevens o Washington Cucurto! Y el petisito delantero del Flumi, la figura del partido, es un artista, un jugador de otra época. Francamente, ridiculizó a los viejos y pesados defensores xeneixes que en todo el partido, no pudieron sacarle la pelota ni una vez. Parecía que jugaba a quinta velocidad y los jugadores de Boca recién metían primera. Y eso se extendió a todos los jugadores.

El Fluminense, es un equipo de verdad, muy moderno, de salida rápida y acoplamiento defensivo más que interesante. Pero es cierto que Boquita Falcioni lo ayudó, sin variantes, sin cambios de ritmo y con un Silva cada vez más desaparecido. Chaves entró pero no lució, lo mismo un joven y veloz delantero de Boca que nada pudo hacer ante Carlinhos, uno de los mejores.

En fin, está más que claro que a Boca no le da el piné para jugar con equipos de alto nivel internacional como los brasileños y los ecuatorianos. Habrá que corregir muchas cosas, Riquelme está lento y es evidente que, con él solo, no alcanza. El Flumi no marcó bien y se solucionó el problema. ¡No quiero ni imaginar lo que puede llegar a pasar en Río de Janeiro!

Y encima, para colmo de males, ahora tiene que ir a ganar a Sarandí, mi tierra.

Fuente: ESPN