Bancos de Alemania, Gran Bretaña y Francia mostraron hoy las consecuencias de la crisis que afecta a Europa.
Los beneficios del alemán Commerzbank cayeron más de 50 por ciento en 2011, mientras que en igual periodo, el francés Crédit Agricole registró pérdidas por 1.470 millones de euros, y el británico Royal Bank of Scotland perdió 2.000 millones de libras.
En el caso del segundo banco alemán, según la agencia de noticias DPA, sus autoridades atribuyeron hoy esas pérdidas del año pasado, a los efectos de la crisis de deuda en Grecia.
El grupo parcialmente nacionalizado tras la crisis de 2008 ganó el año pasado 638 millones de euros, frente a los 1.400 millones que había obtenido en 2010.
En 2011, la crisis de deuda en Europa costó a la entidad unos 2.300 millones de euros para amortizar cerca de 74 por ciento de sus reservas de bonos soberanos griegos.
Pese al mal dato, su director ejecutivo, Martín Blessing, destacó la salud de su base de negocio y aseguró que mantiene su objetivo de tapar su agujero de capital sin nuevas ayudas del Estado.
Por su parte, el Crédit Agricole registró al cierre de 2011 pérdidas por 1.470 millones de euros, los primeros «números rojos» anuales de la entidad desde 2001.
Las pérdidas se atribuyen al impacto de la depreciación de la deuda soberana griega, principalmente a través de su filial, Emporiki, que contrastan con ganancias de 1.263 millones en 2010.
En concreto, el banco galo perdió 2.378 millones de euros por la quita a los bonos soberanos de Grecia y la depreciación de activos de su filial helena.
Y el Royal Bank of Scotland (RBS) registró en 2011 pérdidas por 2.000 millones de libras esterlinas (unos 2.360 millones de euros), el doble que en 2010.
En 2010, los números rojos del banco británico seminacionalizado habían sido de 1.120 millones de libras esterlinas; y en 2011, de 766 millones de libras, frente a los 399 millones del ejercicio anterior.
Así, el RBS cerró su cuarto ejercicio consecutivo con pérdidas, que en cuatro años suman 31.000 millones de libras.
El RBS, que después de una acción de rescate por 46.000 millones de libras pertenece en más de 80 por ciento al Estado británico, está aún entre los mayores bancos de Europa, con una cifra de negocio de 977.000 millones de libras.
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