Es el caso de Laura Bard, por el cual hay una persona procesada con prisión preventiva. Para quienes investigan el hecho, podría tratarse de una banda que día a día se organizaba para realizar su «trabajo».
Los investigadores del homicidio de Laura Susana Bard, asesinada de un tiro por el supuesto comprador de un LCD que vendía por Internet, creen que en el crimen participó una banda delictiva liderada por un hombre, que era el encargado de marcar a la víctima y la forma de actuar.
Fuentes judiciales aseguraron que la sospecha es que los integrantes de esta banda se comunicaban entre sí «todas las mañanas» para «organizar» su «trabajo» del día, y hasta se lograron escuchas telefónicas en las cuales sus integrantes mantenían diálogos en el mismo momento en el que concretaban un asalto y amenazaban a sus víctimas con matarlas.
Por el crimen de Bard, ocurrido en setiembre del año pasado en el barrio porteño de Flores, hay un procesado con prisión preventiva, llamado Kevin Doglas Bais.
Pero los investigadores identificaron al menos cuatro supuestos cómplices de Bais, a quienes se los acusó de integrar la misma «asocición ilícita» que se dedicaba a cometer los robos, entre ellos el de la mujer asesinada.
Tres de ellos fueron detenidos e imputados en la causa, aunque luego fueron excarcelados con falta de méritos, ya que el juez de instrucción 33, Gustavo Pierreti, consideró que no estaba acreditada la participación de ninguno de ellos en el homicidio de Bard.
En tanto, un adolescente que fue identificado por los investigadores policiales y se presume pudo haber participado activamente del crimen de Bard, fue sobreseido días atrás por la sala 1a.de la Cámara del Crimen porteña.
Según determinó el fiscal del caso, Sandro Abraldes, Bard y su marido Gabriel Arroyo pusieron en venta un LCD por el sitio www.mercadolibre.com, y una pareja acordó con ellos la compra.
Los investigadores determinaron que esta pareja concurrió a la casa de Bard, en Pasaje Riccio 194, en Flores, para ver el LCD y decidieron volver a buscarlo tras realizar el depósito del dinero en la cuenta bancaria del matrimonio.
Los pesquisas establecieron que la banda realizó un falso depósito bancario en un cajero automático del HSBC del Abasto, donde introdujeron un sobre sin dinero por el total del precio del LCD.
Cuando fueron a buscar el LCD al día siguiente, los delincuentes amenazaron a Bard, a su esposo, a un sobrino y a un vecino, quienes se hallaban circunstancialmente en el lugar.
Según las fuentes, los delincuentes arrojaron por el balcón del primer piso al marido de Bard, a quien le provocaron algunas heridas leves, y balearon en el estómago a la mujer, quien finalmente murió.
Los investigadores de la comisaría 38a. detuvieron días después a Bais, quien actualmente se encuentra procesado, con prisión preventiva, por los delitos de «homicidio simple» y «asociación ilícita».
Pero la clave para los pesquisas fue el secuestro de un teléfono celular al detenido, a partir del cual se lograron identificar a los presuntos cómplices y realizar escuchas telefónicas.
En ellas, según los investigadores, se logró determinar que «existía una asociación ilícita conformada por al menos cinco o seis personas que se comunicaban todas las mañanas entre sí y acordaban con un hombre mayor de edad quién iba a ser su víctima y la manera de actuar».
Es más, una fuente con acceso al expediente, reveló que en esas escuchas se registraron dos conversaciones entre al menos dos de sus miembros en momentos en que llevaban a cabo los robos y se los escuchaba decir «dale! dame toda la plata si o te pego un tiro en el estómago».
A raíz de esas escuchas, el fiscal solicitó la detención de otras cuatro personas, tres de las cuales fueron apresadas en diciembre último.
Estas personas fueron sometidas a ruedas de presos de las cuales participaron el viudo de Bard y los otros testigos, pero no fueron reconocidas, por lo que fueron excarceladas con falta de méritos.
En tanto, el cuarto de los pedidos de detención que realizó el fiscal Abraldes fue el de un adolescente.
Sin embargo, el juez de menores Alejandro Cireruello consideró que la imputación contra el chico era «endeble», «imprecisa», y que no había elementos para sospechar de su participación en el crimen de Bard, por lo que lo sobreseyó.
La decisión del juez de menores no fue apelada por el fiscal del mismo fuero, pero sí por el fiscal Abraldes, quien recurrió ante la cámara del crimen al entender que ese sobreseimiento era «nulo».
Sin embargo, la sala 1a.de la Cámara del Crimen ratificó días atrás el sobreseimiento.
El abogado del viudo, Jorge Eduardo Bellido, expresó su disconformidad por la resolución de la cámara, ya que se sospecha que ese menor de edad pudo haber sido quien acompañaba al detenido en el momento del crimen.
Bellido consideró además que existió «una tremenda premura» por parte del juez de menores y de la cámara «en sobreseer al adolescente», ya que «aún había medidas pendientes como para someter al imputado, entre ellas una rueda de reconocimiento».
Fuente: Online-911