Veteranos de Guerra

El tema Malvinas, que viene envuelto en las más diversas cuestiones sociales, culturales, económicas e históricas, obliga a rever la situación de aquellos que, convocados por la Nación, pusieron sus vidas al servicio de la Patria.

Se ha instalado de nuevo en nuestra sociedad el tema Malvinas y, con él, lo que se refiere a los “veteranos de guerra”, y los comentarios que se hacen, lamentablemente, en lugar de esclarecerlo, crean nuevas dudas, enturbiándolo, cuando su solución es responsabilidad moral del Pueblo hacia sus hijos que fueron al combate por la Patria.

Nuestro país movilizó a sus Fuerzas Armadas, bajo las condiciones de la guerra clásica, en dos ocasiones, durante las últimas décadas del Siglo XX. Una fue ante el problema con Chile del canal de Beagle, en el que la “disuasión”, como objetivo, se logró y no se llegó al enfrentamiento armado, pese a que el “clima de guerra” estaba encendido en ambas naciones. La otra, fue Malvinas, en la cual las armas argentinas chocaron contra las inglesas, sabiendo de la superioridad del adversario, con la hidalguía del criollo en la historia. En ambas ocasiones, ciudadanos argentinos formaron parte de los ejércitos convocados conforme las leyes vigentes, para cumplir con el deber militar.

Entiendo que es válido recordar que se entiende comúnmente como “veterano” aquel que se ha desempeñado en una tarea o función, adquiriendo experiencias prácticas, que lo hacen con conocimientos determinados en aquéllas. En general, se reconoce como “veterano”, a aquel que, por su edad, ha cumplido con el ciclo de vida activa y acumula los saberes que su actuación le ha hecho acumular. Por lo tanto, es “veterano de guerra” aquél que ha participado en las diferentes fases que tiene un conflicto armado. En el pasado se pensaba que eran sólo los que habían actuado en los frentes de combate, pero la experiencia y los estudios actualizados señalan ello con mucha mayor amplitud determinándolo en diversas fases. Estas fases comienzan con la convocatoria y movilización y terminan con la baja del servicio. Es decir que es “veterano de guerra” toda persona que haya sido llamada a las filas e incorporada a los ejércitos cuando el país se encuentra en situación de guerra. Este efecto alcanza no tan sólo al convocado, sino también a aquellos que le son próximos, como son las familias, que lo ven alejarse hacia un destino incierto en el que está en juego nada menos que la vida. En el conflicto, algunos estarán en primera línea, otros en retaguardia o en las reservas, todo de acuerdo al despliegue que se haya determinado. Nunca todos participan del combate directo ya que, estadísticamente, son mayores las cantidades que actúan en sus apoyos, por la natural organización y planificación de las acciones. Ello no significa que, aun los que están lejos del frente, no sepan que están arriesgando sus vidas, ya que seguramente son blancos preferentes del adversario convencionalmente. En base a ello, los estudios modernos señalan, como “veteranos de guerra”, a todos aquellos que han sufrido el “ansia del combatiente” que es, en síntesis, la sensación psicológica que “deberá matar y que puede ser muerto”.

Es de destacar que se conoce como “héroe de guerra”, a aquel que ha dado su vida en cumplimiento de la acción o que, con sus muestras de valor y coraje, ha arriesgado su vida de manera excepcional, como guía y ejemplo. Esto significa, claramente, que no todos los “veteranos” son “héroes”, ya que los primeros en general, han regresado vivos y no han quedado en el campo de combate. Existen también los “pensionistas de guerra”, que son aquellos que regresaron vivos pero que las acciones le han disminuido física o psíquicamente, con lo que han perdido condiciones intelectuales, laborales, etc., por lo que se les debe “ayudar económicamente” para su subsistencia. Claro está que, esta condición de “pensionistas”, debe ser comprobada y constatada, ya que no es un “beneficio”, sino un “aporte” hacia quien ha sufrido una disminución que le constituye una desventaja.

En nuestro país, posiblemente por la falta de experiencia, esta clara división entre “veterano”, “héroe” y “pensionista” no ha sido legislada con la precisión que ello merece, tanto es que, algunos juicios al Estado han llevado a la Justicia a determinar variables que la ley no contiene y, aún más, que rechaza

El hecho de que el tema Malvinas se encuentre en la discusión general por sus motivaciones políticas, culturales y/o económicas, debe hacernos volver la vista hacia aquellos que la Nación dispuso que actuaran con las armas para cumplir los objetivos que correspondían, y que algunos dejaron su vida para lograrlos y otros sus quehaceres y que la Nación aún está en deuda ante tan maravilloso aporte.

En base a estas reflexiones, estimo y sugiero que las autoridades que correspondan procedan a revisar la legislación actual sobre la cuestión de los “veteranos”, clasifiquen con claridad los diversos estados siguientes, como son el de “héroe” y “pensionista”, para que todos aquellos que fueron parte de esas gestas sepan que han tenido el honor de participar y que la Patria les reconoce la dignidad de haber ofrendado la posibilidad de “perder la vida”, ante la probabilidad del combate, por los intereses sagrados de la Nación.

Fuente: Tcnl. José Javier de la Cuesta Ávila

LMGSM 1 CMN 73