La motivación es fundamental para el desarrollo de un competencia. ¿Y qué ocurre si el entrenador ya no consigue motivar? El tema se debate en FC Barcelona, segun lo explicó la web española elEconomista:
MADRID (elEconomista). Malos tiempos para el Barcelona. Malos tiempos para Guardiola. La excelencia de los últimos años parece apagarse al mismo ritmo que el cansancio y la carencia de ambición se come a un equipo extraordinariamente acostumbrado al triunfo. Pep está nervioso. Se ve sobre el terreno de juego. Se nota en sala de prensa. Gestiona por primera vez situaciones desconocidas para él. Y por eso medita, piensa y vuelve a meditar. Sobre la mesa, la oferta de renovación de la directiva. Él duda. Por primera vez en su etapa al frente de equipo blaugrana, Guardiola tiene no tiene nada claro si seguirá en el banquillo del Camp Nou.
Dudas que conocen los directivos del Barça y que se filtra por los poros de sus despachos. Tienen miedo de que Pep esta vez se eche atrás y termine diciendo no. «¿Y qué haríamos después?», comentan algunos sabedores de que encontrar sustituto a Guardiola es, hoy por hoy, una tarea titánica que más de uno ni si quiera se ha planteado.
El entrenador que ha cosechado la época más dorada de la historia del conjunto barcelonista (y casi de la historia de este deporte) ha sido el artífice de un éxito que ahora se apaga. Y es ante este tipo de pruebas ante las que Guardiola quiere probar su verdadero deseo de seguir adelante.
«El día que no pueda seguir motivando a estos jugadores quizá sea el día indicado para marcharme», ha comentado en más de una ocasión cuando es cuestionado por qué elementos serán claves en su renovación. «No es algo que dependa de los títulos», suele remachar. No. Depende de que sus futbolistas le respondan. Que siga encontrando en ellos el hambre de títulos que han mantenido hasta ahora.
Si por algo se ha caracterizado el entrenador culé en los últimos años ha sido por colocar casi siempre el énfasis de los éxitos en ellos, en sus jugadores. «No os engañéis, sin buenos jugadores, un entrenador no es nada», suele comentar. Pues eso: todo está en su mano.
Y eso es lo que, por ahora, falla al Barça. Y a Guardiola. Los últimos malos resultados blaugrana agotan al entrenador culé, pero más le preocupa la mala imagen que, desde principio de temporada, se está dando en el equipo cuando hay que viajar lejos de la Ciudad Condal.
Ahí falla algo. Fallan las ganas de comerse a rivales como Getafe, Granada, Villarreal o Real Sociedad. Falla lo que no falla cuando el Real Madrid es el enemigo. Ahí sí. Ahí el equipo barcelonista se llena de hambre y machaca a su enemigo. Salida que no lo parece. La motivación, por tanto, es la clave.
Pep trabajo mucho con lo psicológico y en los últimos tiempos no logra que los jugadores se enganchen a la competición como lo solían hacer antaño. Señal de emergencia en su cabeza. Señal de que, según su visión, los recursos se le podrían estar acabando. Por eso podría ser mejor marcharse antes de que al equipo se le agote cualquier ambición.