¿Y qué pasó con el caso Candela?

Candela, ya olvidada por la mayoría.

Por SILVANA VARELA

ITUZAINGO (BuenosAires2punto0). El 6 de septiembre de 2011 Buenos Aires 2 punto0 publicaba:

Sólo sé que no sé nada.

La frase de Aristóteles, bien podría reproducirla por estos días el Ministro de Justicia y Seguridad de la provincia de Buenos Aires, Ricardo Casal, quien después del fracaso del megaoperativo desplegado para encontrar con vida a Candela Rodríguez, sigue sin aportar luz sobre los autores del crimen, sus motivaciones y el lugar en el que permaneció los 9 días en que faltó de su hogar.

La presión para esclarecer el hecho es cada vez mayor. “Que la cúpula policial responda y encuentre a un culpable con nombre y apellido antes de mañana”, dicen que habría dicho Casal hace 2 días.

Y la orden habría sido tenida en cuenta.

Horas después se secuestraron vehículos, se allanaron domicilios y se encarcelaron, progresivamente, a 8 personas. Sin embargo, nada de esto arrojó luz sobre los acontecimientos, y son cada vez más fuertes las sospechas de que la mayoría de los detenidos, ni siquiera encuadran en la figura de “encubrimiento”, sino que para justificar que sigan presos, debería concretarse una modificación al Código penal que incluya un nuevo delito: el del perejil.

Ya contaba en ese entonces este portal, que desde el inicio, y cuando la madre comenzó su raid mediático, tomó mayor relevancia la hipótesis del secuestro con fines sexuales, en manos de una organización dedicada a la trata de personas.

Horas después, y tras conocerse la situación carcelaria del padre de la menor, detenido en una Unidad de Magdalena por ser parte de una banda dedicada a la piratería del asfalto, secuestros y vinculaciones con el narcotráfico, los ojos se posaron sobre la familia y un posible ajuste de cuentas.

Conforme pasaban las horas y los días, la televisión transmitía en vivo y en directo cualquier movimiento que se registrara cerca del domicilio de Candela; los funcionarios “bajaban” a la Comisaría de Villa Tesei para reunir allí al “Comité de Crisis” y más de 1600 efectivos policiales con cientos de móviles empezaron a formar parte del paisaje urbano.

Hurlingham linda con la Autopista del Oeste, lo atraviesan ruta 4 y ruta 201; y linda también, con Autopista del Buen Ayre que tiene salida directa a Panamericana. Dejar el distrito es cuestión de minutos y traspasar los límites de la provincia, puede ser realidad en menos de 2 horas. Un megaoperativo policial buscando casa por casa, poco se ajustaba a la hipótesis de la red de trata.

Sin embargo, un megaoperativo en el que en lugar de espiar (investigar) literalmente tocaron el timbre de cada uno de los domicilios vecinos, tampoco se ajusta a lo que los especialistas consideran un protocolo adecuado para la ocasión.

Menos aún, si en medio de la investigación, y merced a la intervención de los teléfonos de la familia, se detecta una comunicación en la que un hombre amenaza con que no verán a Candela con vida a menos que la madre devuelva un dinero que sería parte de un botín.

Decía Buenos Aires 2punto0 en esa ocasión:

Se tratara de un secuestro extorsivo, o se tratara de un enfrentamiento entre bandas relacionadas al narcotráfico (la hipótesis que echaron a correr cuando apenas hacía minutos que el cuerpo sin vida de la nena había sido hallado a metros de la autopista) ambos delitos corresponden ser investigados por la justicia federal; pero sin embargo, el Fiscal general de Morón, Federico Nieva Woodgate, a cargo aún de esta investigación, no dio traslado ni comunicó tales posibilidades. Tampoco lo hizo el fiscal Marcelo Tabolaro, sobre quien recaía de manera directa la investigación Un hombre de estrechos vínculos con los Intendentes de Hurlingham, Luis Acuña, y de Ituzaingó, Alberto Descalzo.Ni lo hizo la policía de la provincia de Buenos Aires, a pesar de que las escuchas, obviamente, fueron registradas por ellos.

El incentivo de 100 mil pesos para quienes aportaran datos que permitieran dar con el paradero de la nena, y los artistas atendiendo teléfonos en la maratón 48 Horas por Candela, no parecen tampoco haber sido medidas que colaboraran al esclarecimiento, sino más bien, que lo entorpecieron e incrementaron de manera desmedida, las llamadas que se recibían a diario, con pistas inconducentes. Otro grave error de quienes conducían la investigación.

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¿Y el secreto de sumario?

A las 16 horas del día en que sería allanada la Villa La Esperanza, el periodismo lo anunciaba casi en cadena nacional. Horas después, el procedimiento se llevó a cabo sin ningún éxito. Algo previsible si quienes tenían algo que esconder, tuvieron tiempo de dejar el lugar.

La pregunta que cabe en estos casos, es si se trata de inutilidad, inoperancia o fue un aviso adrede. Si simplemente fue un error de tantos que tuvo esta investigación, o si por algún motivo, era necesario hacer correr la voz y que algunos personajes tuvieran tiempo suficiente para no estar cuando llegaran los efectivos.

Las llamadas en que se reclama la entrega de un dinero, más allá de no coincidir con el pedido de rescate habitual, implica ahondar en la hipótesis del secuestro. Esa comunicación fue grabada días antes de encontrar a la menor sin vida, pero poco se hizo con ella. No se le hizo escuchar al padre en busca de un reconocimiento de voz; no se indagó sobre el vínculo con sus ex compañeros de banda, uno de ellos detenido en un penal de La Plata, y a quien nunca nadie fue a tomar declaración, y se le creyó a la madre –según los fiscales- cuando ésta desestimó la grabación.

Si la familia estaba implicada o no; si esto es un vuelto o un ajuste de cuentas; o si se trata de un tema pasional o de índole de delito sexual, poco importa. Lo que sí importa, es que había una nena de 11 años esperando ser rescatada con vida, y que en cambio, apareció muerta. Una nena que cargó, en tal caso, con las culpas ajenas, pero que debía ser considerada inocente.

La nena. No la familia. La justicia no tenía por qué creerle a la madre. Tampoco culparla. Debía investigar; debía ahondar en detalles; debía analizar las vinculaciones; debía imaginar un rompecabezas y ver dónde encajaba cada pieza.

No giraron la causa a la justicia federal e inmediatamente aparecido el cuerpo, repartieron la grabación que daba cuenta de una posible extorsión. ¿Por qué no se analizó esto antes? ¿Fue el egoísmo de quedarse con los laureles de una posible resolución positiva, o era preferible manejarlo de puertas adentro para encubrir a alguien?

Ahora, con los hechos consumados, pareciera que es fácil comenzar a descifrar el mapa familiar, el terreno de operaciones y hasta el árbol genealógico. “Esto no es un tema de seguridad”, dicen que dijo un alto funcionario bonaerense.

Si la pelea es entre dos bandas, no atañe a la seguridad. Al menos no en la estructura mental del gobierno bonaerense.

Sin embargo, las conexiones con el narcotráfico parecieran ser el hilo conductor de la investigación post mortem.

Días antes de hallar a la nena, el Ejecutivo provincial tomó contacto con la declaración de un joven, víctima de una violación, que señaló a casa de Candela y a su madre, como un lugar en el que se comercializaban estupefacientes. Pero nada hizo con esa información que hubiera ameritado, una vez más, su traslado inmediato a la justicia federal.

Sin embargo, ahora se menciona al primer marido de la madre; al novio de la tía; al padre detenido en Magdalena que incluso se cambió el nombre; a una tía política, y la lista sigue.

Desde el poder político local, silencio absoluto. Nadie se mostró durante la búsqueda; nadie habla con la aparición del cuerpo. ¿Es mesura antagónica a la sobreexposición de Daniel Scioli o imposibilidad de hablar? ¿Hay vínculos con la conexión local? Nada se hizo como debía hacerse.

Se rompieron todos los protocolos, incluso, el de preservar la escena del crimen cuando apareció el cuerpo. De pronto, el terreno baldío elegido para dejar a Candela, parecía un set de filmación, que transmitía en vivo la cara de horror de una madre que reconocía el cuerpo de su hija en una bolsa y ante los ojos del país entero; o que hacía foco en el gesto del gobernador cuando se llevaba su mano a la cabeza en clara demostración de que no era la foto anhelada, pero aún así, ahí estaba, estoico para la foto. Consternado para la lente de la cámara.

¿Alguien se preocupó de no contaminar esa escena? Decenas de personas pisotearon a gusto el lugar que debía haber sido analizado minuciosamente por la policía científica.

Tampoco indica el protocolo, que ante la presencia de lo que podía tomarse como “un secuestro en curso”, la policía cerque la zona hasta el asfixio. La presencia multiplicada por cientos puede haber sido el detonante que terminó con la muerte de la nena.

Basta con recordar los casos de secuestros con final feliz, para darse cuenta que en esos casos, no debe haber una transmisión de 24 horas en vivo; no deben ventilarse detalles de la investigación, ni debe circunscribirse tan notoriamente la zona investigada. No había vía de escape posible. No había disimulo. Se gritaba a los cuatro vientos el “estás rodeado”.

Y los errores continuaron.

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La premura por mostrar detenidos (no importa si culpables o no), llevó a allanamientos que centraron sus hipótesis de que Candela habría estado allí, porque la comida del perro coincidía con la que creen, comió Candela antes de morir.

En la nebulosa quedó el análisis que surgió tras la autopsia que determinó, entre otras cosas, una maduración consistente al cuerpo de una adolescente; de una nena que menstruaba ya desde hacía 8 meses y que presentaba signos de actividad sexual al menos, desde 6 meses antes de su muerte.Se mencionó la presencia de un joven y se habló también de la existencia de alguien que habría acompañado a la nena en reiteradas oportunidades a visitar a su padre al penal de Magdalena. Un hombre de quien dicen, pagaría “el bagallo” semanal de Rodríguez, y también guardaría vinculación con la banda narco cuya zona de influencia es el norte del conurbano.

Pero el caso parece haberse reavivado ahora.

El abogado de Ramón Altamirano, Matías Morla, presentó una denuncia contra el testigo de identidad reservada que se sabe, mintió al menos en parte de su declaración cuando señaló a la esposa del carpintero como alguien que podía haber participado del hecho, pero se comprobó que la mujer estaba en Tucumán en esa fecha.

La interna policial, y las implicancias políticas son para el letrado, parte fundamental de una causa que debiera investigar la justicia federal.

Ramón Altamirano, de 55 años, es el carpintero señalado como el encargado de haber alimentado a la nena durante sus días de cautiverio. (Él y su esposa declararon que sólo fue el encargado de alimentar al perro que estaba en esa casa). La justicia lo imputó como partícipe necesario de homicidio calificado.

Entrevista a Matías Morla

-Buenos Aires 2 punto 0 planteó desde el inicio de la investigación que había líneas de hipótesis que no se estaban teniendo en cuenta como aquellas que vinculaban por ejemplo a Carola Labrador con bandas que estarían ligadas con el narcotráfico, que había o se hablaba de una especie de vuelto del supuesto secuestro de otro hijo de un narcotraficante y que en realidad la investigación, desde un primer momento debió haber sido pasada al fuero federal y esto no ocurrió ¿Qué es lo que se sabe ahora 5 meses después que ahora empiezan a hablarse estas cosas nuevamente?

-Se sabe que lo que acabaste de decir es todo cierto. Es un delito federal, es un ajuste de cuentas entre narcotraficantes, el móvil de la causa no está claro porque es un ajuste de cuentas entre narcotraficantes, el móvil de la causa no está claro porque es un ajuste de cuentas entre narcotraficantes y el fiscal habla de un ajuste de cuentas no convencional y justamente es un delito federal por dos motivos. Primero, fue un secuestro extorsivo, porque fue un ajuste de cuentas pidiendo plata, porque una cosa es ajustar una cuenta por una venganza y otra cosa es que a una venganza se le suma dinero, el código es claro, cuando hay un llamado extorsivo se configura un secuestro extorsivo. Acá el fiscal Marcelo Tabolaro no quiso dar la competencia para quedar bien con Scioli y le salió muy mal porque apareció Candela en una bolsa. Eso fue lo que ocurrió.

-Desde un primer momento además que se planteó que la investigación estaba mal hecha incluso, por la forma en que se acorraló con 1800 efectivos dentro de Hurlingham…

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-Tal cual y lo gracioso de todo esto es que tenemos una investigación en manos de la policía cuando está la policía sospechada, acá quiero ser claro, están presos un montón que no tiene absolutamente nada que ver para hacerle el favor a Scioli y compañía porque de esta causa si no había gente detenida no puede existir un gobierno, porque es un gobierno que salió a decir voy a encontrar a Candela y Candela apareció en una bolsa; o sea que 5 tipos son más importantes y con más logística que él y si a eso se le suma que no pudo meter a nadie preso sería un escándalo nacional, entonces ¿qué hicieron?, testigos con identidad reservada que son delincuentes del conurbano que tienen pactos con la policía por robos, venta de droga, de lo que fuere, los utilizaron como testigos y marcaron a gente que es inocente como Altamirano y compañía. Lo triste de esto es que Altamirano está destrozado, no tiene para mucho más, está muy mal a parte de estar deprimido el tema de la detención, es un hombre grande y es injusto que esté preso por algo que no tiene absolutamente nada que ver, esto es un encádalo y los testigos que utilizaron son terribles. El mismo testigo que dice que saber quién mató a Candela, dice que fue la esposa Nélida Pistán que estaba en Tucumán o sea que es un escándalo esto, un disparate, un mamarracho.

-En los últimos días y sobre todo en las últimas horas se empezó a hablar de la vinculación de estas bandas , se empezaron a conocer nombres, más allá de los que se conocían como en el caso de ‘Mameluco’, se habla de una banda denominada ‘Los Gradelitos’ . ¿En todo esto, también habría vinculación política y policial?

-Hablar de delincuencia en el conurbano es hablar de connivencia policial, no lo va a descubrir nadie y el que no lo ve es visco. Hubo 1800 policías que fueron claramente a buscar una casería de brujas gente para meter presa y en esa cacería de brujas hay un montón de gente que tiene negocios con la policía armados y demás, esto de Mameluco, un testigo con identidad reservada, y esto lo quiero destacar. Con los dichos de un testigo con identidad reservada, Altamirano ahora está en una celda, como si fuera un mono encerrado en un zoológico, con los mismos dichos dijeron que Carola Labrador vendía cocaína y que pasó con Carola Labrador, la recibió Scioli y lo hizo público en su despacho y el pobre carpintero está en una celda, estamos en el mundo del revés sin duda.

-La vinculación de la madre además, se dice que formaba parte de una banda que secuestraba o que tenía alguna participación en secuestros extorsivos de los hijos de otras bandas.

-Sí, hay un hecho de importancia, que fue en el conurbano, de un secuestro de una persona que el pago, de un rescate se hizo con un pago de cocaína y con dinero y se vincula que eso fue un pago de venganza a esa mejicaneada, ahora yo también creo que Carola Labrador, dentro de todo, aunque yo lógicamente cuando puedo digo la verdad de ella que es hasta delincuente, hace poco tengo que reconocer que dijo “dudo que los que estén presos sean responsables”. Lo cual demuestra también que está haciendo las cosas bien independientemente de su pasado turbio porque en la actualidad está diciendo que los que están presos no son y eso también llama la atención porque no vi nunca, generalmente la persona está indignada con las personas que están detenida, va a tribunales, hace marchas, acá por el contrario la propia persona dice que no.

-Carola ¿sabe y calla por miedo a que suceda algo al resto de su familia?

-Yo hago derecho penal, me manejo todo el tiempo con delincuentes, se cómo piensan los delincuentes, los delincuentes se mandan un ajuste entre ellos y queda ahí, no quieren más, no quieren gente presa, es una cuestión que ya se arregló y acá ya se arreglaron las cosas por eso no quiere que haya gente inocente detenida y tampoco va a nombrar al verdadero responsable porque en vez de Candela va a tener dos hijos muertos, porque en el lejano oeste se manejan así las cosas.

-¿Cuál es la vinculación, porque en estos días, también se empezó a hablar de vinculaciones políticas; las vinculaciones políticas son a nivel provincial o son a nivel local?

-Yo la sensación que tengo es que a nivel nacional es una cosa y a nivel provincial es otra, por eso lamentablemente… y por eso también no se quiso dar la competencia federal porque prefirieron dejarlo en la provincia para manejarlo entre ellos porque en nación, si hubiera sido nacional con los organismos que hay, acá en Morón hay un juez que se llama Jorge Rodríguez y un juez que se llama Juan Pablo Salas y son personas que investigan secuestros hace 25 años y tienen dos por mes, Marcelo Tabolaro, el fiscal de Candela vio dos secuestros, uno en su casa desde la televisión y el de Candela, entonces no tiene la experiencia. Si uno se quiere operar de la cabeza no puede llamar a un médico clínico, acá paso eso, quisieron sacarse la competencia, la forzaron y después paso eso, salieron a desdibujar la venganza no convencional, no, tuvieron que salir a dibujar como se quedaron estancados y cmo apareció Candela en una bolsa, entonces esto fue escandaloso e insisto, esto con una investigación seria desde el inicio hasta me animaría a decir que la suerte de la pobre Candelita hubiera sido otra.

-Ahora presenta una denuncia, ¿de qué se trata?

-Voy a insistir con el testigo de identidad reservada que fue el testigo que indicó que la esposa de Altamirano había matado a Candela y estaba en Tucumán, hice una denuncia, les pedí la detención y como la justicia es compacta, la justicia es unida, no quieren de alguna manera afectar a otros, entonces voy a hablar con el fiscal Matías Rapaso para decirle que voy a volver a denunciar esto y no voy a parar hasta que hagan lo que tienen que hacer. Una persona que por cobrar un rescate de 400 mil pesos nombró cualquier disparate tiene que estar preso, y es más peligroso que Altamirano.

-¿Qué dicen los demás detenidos, más allá de Altamirano, tiene contacto con alguno de ellos o se ha enterado por alguno de sus colegas qué es lo que dicen?

-Marcelo Macedo defiende a Gladys Cabrera que dice que es inocente y le creo, Rodrígo González que es un excelente profesional defiende a Gómez y López que también insiste en que son inocentes y yo creo que son inocentes porque acá todos los presos tienen un anclaje común, un testigo con identidad reservada, por eso esta causa va a ser un papelón, un escándalo cuando lleguemos a un debate cuando los testigos de identidad reservada veamos que dicen otra cosa. Si es quien yo pienso que es quien habla de Altamirano es una persona de muy baja edad, dudosa moralidad, con algún problema de adicción, entonces, por los dichos de esta persona está preso Altamirano.

Antecedentes de una interna

El problema, es que sea cual sea el motivo del crimen, nada exculpa la pésima investigación, ni a los fiscales que actúan en el caso; ni al juez de garantía interviniente (de fuertes lazos con el Intendente de Hurlingham).

La capacidad de investigación de la bonaerense ya había sido puesta en tela de juicio cuando tardaron 24 días en encontrar a la familia Pomar, fallecida por un accidente automovilístico antes de llegar a Pergamino.

Allí también falló el Jefe de la Policía bonaerense, Juan Carlos Paggi; tanto como su segundo, Hugo Matzkin, falló al investigar la muerte de los 3 policías que estaban al cuidado de una estación de comunicación en la entrada de La Plata. Los sospechosos aprehendidos por la investigación de Matzkin fueron luego puestos en libertad por vicios en la investigación y falta de pruebas. Tampoco se habló demasiado de la investigación que aún no determinó con exactitud la culpabilidad del asalto al camión blindado de Garín.

Así como antes fue Paggi-Baratta, luego fue Paggi-Matzkin.

La puja policial tiene un papel asignado en este caso también.

Dicen las malas lenguas, que las bandas narco investigadas podrían tener en su seno, sino la operatividad directa de algunos efectivos, al menos sí, la connivencia con ellos, y la lupa está puesta en saber a qué “sector” pertenecen. Se cree, incluso, que los enfrentamientos entre bandas narco del conurbano podrían haber sido instigados por algunos integrantes de la fuerza policial. Allí entra también, la hipótesis de que Carola Labrador se quedó con un pago en mercadería (cocaína) que luego iba a ser puesta en la calle por otra banda que tendría vinculaciones directas con un sector policial y político local.

Escenarios que se repiten. Nombres que se reciclan. Causas que se cajonean, como la de Roberto Ferreyra, el secretario de seguridad de la municipalidad de La Costa, implicado en una causa por narcotráfico que duerme en un cajón de la fiscalía de Dolores. Poder político que vincula, calla, otorga y hace uso de sus beneficios.

Como en los ’90, estamos lejos de hablar de la mejor policía del mundo, y una vez más, no sólo debe replantearse quiénes la integran, quién conduce en realidad la cartera de seguridad y si la justicia, tal como está, tiene la capacidad de investigar un hecho. En la teoría, el Fiscal conduce la investigación; en la práctica, la justicia firma lo que la policía indica.

El Poder Judicial perdió profesionalismo y se hizo sumiso a la conveniencia política. Es el caso del Fiscal General de Morón, Federico Nieva Woodgate, quien no investigaba las causas que llegaban a sus manos durante los años de la dictadura militar, en las que debía haber ahondado en el destino de personas que desaparecían. Nieva Woodgate ya tiene experiencia en no saber o no querer investigar la desaparición de personas, sin embargo, hoy está al frente de la investigación de una menor desaparecida cometiendo error tras error. ¿O encubriendo a alguien para lavar su imagen?

Hoy se habla de justicia por Candela. La justicia cuando llega tarde, no es justicia. Y conocer la verdad cuando la nena apareció muerta, ya es tarde.

Fuente: Urgente 24