Neil Wilkinson viajó a Córdoba para conocer a Mariano Velasco, un veterano de guerra cuyo avió derribó en 1982.
El reencuentro entre el veterano de Malvinas inglés, Neil Wilkinson y el ex soldado argentino, Mariano Velasco. Foto: / BBC News
a imagen le quedó grabada en la mente. por 30 años. Neil Wilkinson siempre estuvo obsesionado por el recuerdo del piloto que derribó cuando era un joven soldado durante la guerra de las Malvinas. Siempre creyó que su enemigo había muerto entre los escombros.
A pocos meses de cumplirse el 30 aniversario de la guerra, el veterano inglés completó un extraordinario viaje para reunirse con el aviador argentino que pensaba que había muerto durante el conflicto de 1982, en un encuentro que fue documentado por la BBC y difundo ayer en Inglaterra . Wilklinson, de Leeds, se encontró cara a cara con su ex enemigo Mariano Velasco el año pasado en su casa en Córdoba y fue recibido ya no como enemigo, sino como un amigo.
En mayo de 1982, la guerra estaba en su momento más sangriento y tres aviones Skyhawk de la Fuerza Aérea Argentina, piloteados por el entonces primer teniente Velasco -alias «Cobra»-, por el alférez Jorge Barrionuevo, y por el teniente Carlos Osses, que habían despegado de Río Gallegos, descargaron sus bombas sobre el destructor británico HMS Coventry. Lo hundieron el 25 de mayo y 19 británicos murieron.
A los dos días, a Wilkinson -que por entonces apenas tenía 22 años- le tocó vaciar su batería antiaérea sobre el enemigo. Iba a bordo del buque HMS Intrepid y dio en el blanco: el Skyhawk de Velasco.
«Esto no es algo sobre lo que yo siento júbilo. Veo un avión todos los días en mi cabeza», contó Wilkinson, quien padeció durante años fuertes traumas de posguerra. «Pensé que estaba muerto, no hay manera de que alguien salga vivo de ese avión», admitió.
Pero las vueltas de la vida hicieron que Wilkinson supiera que Velasco estaba vivo. En 2007, cuando se cumplía el 25° aniversario de la guerra, se enteró por medio de un documental que el argentino estaba vivo: Velasco daba su testimonio acerca del enfrentamiento con los ingleses y en él explicaba cómo se había eyectado del Skyhawk sobre la isla Gran Malvina.
Aquel 27 de mayo de 1982, Velasco se expulsó de su nave y cayó a tierra. Caminó 16 kilómetros por el archipiélago con un tobillo herido de gravedad, hasta que llegó a una granja abandonada. Finalmente consiguió ayuda y pudo regresar a una base argentina situada en el oeste de la isla.
«Yo sabía que era él. Yo era él único que disparó ese día», recordó Wilkinson al ver el relato del piloto argentino. Allí comenzó una minuciosa búsqueda con la ayuda de la embajada argentina en Londres y a través de Internet, hasta que consiguió el correo electrónico de Velasco.
«Su fuerza interior lo hizo salir del avión y conseguir sobrevivir. Estoy muy contento», expresó Wilkinson, que por estos días regresó a Malvinas donde visitó el lugar donde cayó la nave argentina. De allí, viajó a Córdoba, para visitar personalmente a Velasco.
«Los buenos soldados deben ser capaces de perdonarnos unos a otros. Y, después de todo, ¿por qué no ser amigos?», opinó Velasco.
«Lo importante es el encuentro de dos personas que participaron en una guerra. No se trata de algo político entre países, sino de una experiencia humana», destacó el soldado argentino ante el diario Muy.
«Esto es demasiado para ponerlo en palabras», expresó Wilkinson en su entrevista con la BBC. Y aseguró: «Conocerlo [a Velasco] en persona es el cierre de un ciclo. Ahora sé que está vivo y que somos amigos»..
Fuente: http://ar.mg4.mail.yahoo.com/neo/launch?.rand=dh82bdg9p9sth
UN VERDADERO SOLDADO…..EXCELENTE…..
DESAGRAVIO PARA HÉROES DE MALVINAS Y DE LA PATRIA
Dr. Arturo Puricelli
De mi mayor consideración
Le escribo la presente en nombre del futuro de mis nietos, tratando de despojarme de la “Santa indignación” que me produjo tomar conocimiento del ese hecho absurdo y anacrónico, en mi calidad de militar por formación y sentimientos, en situación de retirado del Ejército Argentino, testimoniando mi total y absoluta discordancia, irritación y decepción por las excusas que justificaron la insustancial sanción aplicada a un jefe militar por “exceder sobrada, innecesaria e inconsultamente las atribuciones que lo asisten al ordenar y ejecutar un ceremonial militar incorrecto, comprometiendo la imagen institucional del Ejército y afectando la confiabilidad y equilibrio emocional para ejercer su cargo”, adjudicando como real la información obrante a través de los medios de información masivos.
Asumo la total responsabilidad por el contenido de la presente, dejando perfectamente aclarado que no estoy defendiendo la persona del Teniente Coronel Don Víctor Manuel Paz, a quien no tengo el honor de conocer, ni lo ataco a Ud. sino a su escabroso argumento contenido en la sanción aplicada, por cuanto, la Justicia de la Nación, se expidió en sentido contrario al manifiesto de la misma. Mi objetivo es exaltar las excelsas y eméritas personalidades del Almirante Carlos Robacio y del Coronel de la Patria y el Pueblo (calificativos expresados por un presidente de la Nación) Mohamed Alí Seineldín, consumados héroes de Malvinas y prestigiosos soldados a quienes, los idiotas útiles (como calificara otro presidente argentino al cipallaje vernáculo), pretenden desconocer y deshonrar.
Considerar que RENDIR homenaje a TREMENDOS soldados y excelsos Señores es exceder las atribuciones del jefe de unidad, de la misma unidad que fuera comandada en el campo de batalla por uno de los homenajeados, es intentar ser un supino ignorante de los méritos personales y militares de Seineldín o poseer la perversidad de Judas por las 30 monedas que compraron la moral. El militar que sucede la jefatura del glorioso Regimiento de Infantería 25 tiene “in aeternum” la OBLIGACIÓN de rendir homenaje a TODOS, todos los caídos.
Honorabilidad, humildad, honradez, devoción, sacrificio, inmolación, esfuerzo, renunciamiento, empeño, valentía, mutismo, guapeza, firmeza, disposición, abnegación, generosidad, magnificencia, sentimientos, profundos sentimientos, que no son adjetivos sino virtudes, son las que debe poseer el soldado y que no se adquieren a partir de un libro sino del servicio, en las campañas, en las guardias, en las misiones, en los casinos, en las plazas de armas, en “la trinchera”, en la adversidad. A todos ellos los ejercitamos y los sintetizamos llamándolos con una sola palabra: CAMARADERÍA. Para conocerlos a todos, no se recurre a la biblioteca, ni al cine y quien no los vivió deberá nacer nuevamente o recurrir a un cronista. Los soldados los aprehendemos durante el servicio de vida a la Patria y tenemos el deber, la obligación, ética y espiritual de ejercerlos toda la vida. Los homenajeados, eran paradigmas en ellos pero, además, poseían el don de la sabiduría, de la conducción, de la hombría de bien. Se lo narro para que lo sepa y no pretenda ignorarlos.
Además le recuerdo que Ud. está ahí como funcionario de paso y que pronto volverá al llano, seguramente antes de lo deseado. No fue sufragado por ningún argentino para desempeñarse en ese cargo y es obvio pensar que lo está ejercitando a partir de una nefasta política institucional de descolgar cuadros, ocultar héroes y de pretender alejar los mejores ejemplos de quienes podrían ser concurrentes imitadores, haciendo prevalecer lo peor sobre lo ideal. Tenga por seguro que llegará el tiempo de colgarlos donde corresponde. A tal punto es dable pensar que se trata de un perverso procedimiento que demoró la autorización al Ejército Argentino para que auxilie a la población afectada por la ceniza proveniente del volcán chileno… un simétrico abandono al pueblo de la Nación.
“Sacudid el polvo en las sandalias de aquellas casa que no os reciban” sentenció nuestro Señor, lo que debemos asimilar sobre todos aquellos que, habiendo sido expulsados en dos oportunidades por el conductor y derrotados con las armas de la Patria, también lo serán con las urnas de la Nación y la doctrina del mismo conductor. Robacio, Seineldín y Giachino estarán presentes en el sentimiento y la acción de todos los uniformados argentinos en el mismo momento que ingresemos al cuarto oscuro a sufragar.
Epilogando mi pensamiento al respecto deseo expresarle que, no desciendo a calificarlo como se merece para no descalificarme pero que, utilizando la expresión popular del filósofo de la zurda que tantas alegrías nos brindó, si lo molesto con la presente, en lo que me atañe, escuche a Maradona…
Sin más por la presente y manteniendo el anhelo de que brinde a esta el tratamiento más conveniente, lo saludo con la distinción por Ud. merecida.
Quien suscribe:
Roberto Oscar Barbalace
Suboficial Principal (RE) EA
DNI Nº 8.393.126