El juicio al juez Baltasar Garzón en el Tribunal Supremo por las escuchas a los cabecillas de la llamada trama “Gürtel” quedó visto ayer para sentencia y en sus últimas palabras, antes de conocer el veredicto en los próximos días, el magistrado declaró que asumirá todas y cada una de las decisiones.
“Gürtel” es el mayor caso de corrupción tras el restablecimiento de la democracia en España hace tres décadas, y en ella están involucrados decenas de políticos importantes del gobernante y conservador Partido Popular (PP). De hecho, ahora mismo se juzga a Francisco Camps, ex presidente del gobierno valenciano, involucrado en el caso. La trama fue descubierta por Garzón y antes de ser apartado de la Audiencia Nacional, en 2010, envío a la cárcel al presunto cabecilla, Francisco Correa. Su abogado y otros tres acusados son los que han llevaron a Garzón al banquillo, así como la presión de varios políticos del PP, aun a costa de defender a los presuntos corruptos.
El juez debió despojarse ayer de su toga por segunda vez en el juicio —la primera fue el lunes— y, aún afónico por una laringitis, dijo ante el Tribunal: “Soy juez central de Instrucción número 5 de la Audiencia Nacional y llevo en ese juzgado 23 años de los 31 que formo parte de la carrera judicial”, reivindicando su “competencia” para tomar las medidas —ordenar la grabación de las pláticas entre abogados y presos— que creyó necesarias.
“Asumo todas y cada una de las decisiones que fueron tomadas reflexivamente en cumplimiento de la más estricta legalidad”y “reivindico mi derecho a la inocencia”, agregó Garzón, que se enfrenta a penas de inhabilitación de hasta 17 años.
Garzón, conocido por su lucha contra la ETA, el narcotráfico y crímenes contra la humanidad, volverá a la corte el 24 de enero para el inicio de un segundo juicio, por querer investigar las atrocidades del franquismo, algo que impide una vieja ley de amnistía.
Fuente: milenio.com