Masacre: intensifican la búsqueda de una transexual, pero no aparece

Le dicen «La Sirenita». Según testigos, era amiga de Susana de Bárttole y frecuentaba el departamento de las víctimas. Investigan si De Bárttole tenía contacto con el movimiento umbanda

Como anticipó Trama Urbana ayer de manera exclusiva, los investigadores a cargo de la causa por la masacre de La Loma buscan desde el martes a una transexual apodada “La Sirenita”, a la que varios testigos mencionaron como amiga de Susana de Bárttole (63), una de las cuatro víctimas que fueron asesinadas a golpes y cuchilladas entre el 26 y el 27 de noviembre pasados. Aunque en un principio trascendió que sobre “La Sirenita” recaían serias sospechas, distintas fuentes del caso lo desmintieron. Una de éstas aclaró: “Queremos hacerle algunas preguntas, como lo hemos estado haciendo desde el primer día, pero lo que nos llama la atención es que desapareció de los lugares a donde solía ir”.
¿Miedo? ¿Intención de ocultar algo? ¿Simple casualidad? Por lo pronto, varios grupos operativos se desplegaron en las últimas noches por distintos locales nocturnos que la transexual solía frecuentar, sin éxito.

Esta pista no es la única sobre la que avanzaron los pesquisas por estos días, aunque todas están ligadas a Susana. A principios de esta semana, en una de las tantas testimoniales que se reciben en la fiscalía de Alvaro Garganta y en el Gabinete de Homicidios de la DDI, alguien comentó que De Bárttole “practicaba el rito umbanda” y estaba conectada con un supuesto pai umbanda al que se identificó con nombre y apellido. De más está decir que el dato “prendió” enseguida, por las aberrantes características del hecho y ciertos antecedentes criminales vinculados con este ritual.
Pues bien, una comisión policial ubicó ayer al presunto pai y, luego de tomarle declaración testimonial, la hipótesis perdió fuerza, por lo menos tal y como se había planteado. “Este hombre no está vinculado al umbandismo -dijo una alta fuente con acceso al expediente-; trabaja en un ministerio bonaerense y fue amigo de Susana, pero dejaron de estar en contacto desde hace unos tres años”.

No obstante, el mismo vocero aclaró que “no está totalmente descartado que (De Bárttole) haya practicado el umbandismo”.

La única certeza en esta terrible historia es que las respuestas están dentro del círculo íntimo de las víctimas, porque el ejecutor de la masacre accedió al departamento de 28, 41 y 42 con el aval de sus dueñas, tomó mate con ellas y fumó junto a Susana y el móvil, claramente, no fue el robo. El homicida dejó su ADN en la bombilla, en las colillas de los cigarrillos, debajo de las uñas de Susana y su hija Bárbara Santos, en dos cuchillos y en el palo de amasar con los que mató a ellas dos, a la nena Micaela Gallé y a la amiga Marisol Pereyra (38). Como se anticipó ayer, la sangre del atacante hallada en la escena (es evidente que salió herido) fue enviada a analizar para saber si está contaminada con el virus del HIV. Los investigadores consultados por Trama Urbana rechazaron de plano la versión que indicaba que el resultado de ese estudio ya se conocía y había dado positivo. “Eso es falso. Es un análisis de rutina y se hace para ir acotando posibilidades”, explicaron.

Fuente: Diario Hoy