Un estudio científico internacional comprobó que la enfermedad llegó al subcontinente a través de la trata de negros.Mientras días atrás la OMS publicó un informe sobre la malaria que determinó que la incidencia de la enfermedad bajó en un 60 por ciento en América desde el año 2000, un nuevo estudio realizado por un equipo internacional y publicado en la revista PNAS zanjó un viejo debate sobre cómo y cuándo entró el paludismo en Sudamérica.
Algunas teorías suponían que los parásitos del género Plasmodium acompañaron al Homo Sapiens en su salida del continente africano hace 60.000 años o que la enfermedad llegó a través de la variante asiática por el estrecho de Bering. No obstante, un equipo con investigadores de 15 países pudo comprobar que la enfermedad llegó de forma recurrente durante los tres siglos de viajes negreros que impulsaron España y Portugal desde el continente africano hacia los puertos de las colonias americanas.
Los científicos estudiaron más de mil muestras de sangre humana infectada tomadas en 17 países de África, Asia y Sudamérica. El análisis genético permitió reconstruir el avance de la enfermedad desde su origen africano y encontrar dos variantes principales de malaria en Sudamérica, una para cada nación conquistadora.
Una primera ruta conduce a Colombia, y una segunda a Brasil, lo que coincide con la repartición del Nuevo Mundo entre España y Portugal realizada en el Tratado de Tordesillas de 1494 bajo la conducción del Papa Alejandro VI.
Se estima que entre mediados del siglo XVI y mediados del siglo XIX, más de 5,8 millones de africanos fueron deportados a Brasil, donde desembarcaron sobre todo en Río de Janeiro y Salvador de Bahía, la primera capital de la colonia. En cuanto a España, los principales destinos del comercio de esclavos fueron Cuba, Veracruz en México y Cartagena de Indias en Colombia.
«La subdivisión de las Américas en dos imperios y el hecho de que cada uno llevaba a los esclavos a regiones diferentes explica muy probablemente el origen de las dos introducciones [de la malaria] que muestran los datos». «Los Andes, que forman una barrera geográfica natural que separa América Central y el oeste de América del Sur del resto del continente, pueden haber impedido que estas dos cepas se homogeneícen en el curso de la la historia», concluye el estudio.
Fuente TN