Sessa y Chichizola, las contracaras desde los arcos

Fue la tarde de los arqueros. Uno, Gastón Sessa, apeló a su experiencia de mil batallas y fue el artífice del triunfo correntino, con cuatro intervenciones fundamentales ante el uruguayo Carlos Sánchez, Ocampos y Cavenaghi.

Su colega Leandro Chichizola fue la antítesis: se lo vio inseguro con los pies cada vez que sus compañeros lo buscaron y atolondrado cuando debió entrar en juego a cortar un centro. El juvenil guardavallas culminó su aciaga tarea con un error en la última pelota. Allí donde no podía fallar, Chichizola salió liviano, no consiguió la pelota y Núñez aprovechó el regalo.

Por los puños de su arquero, River se fue de esta provincia sin nada. En los guantes de su guardavallas, Boca Unidos cimentó el triunfo. Porque Sessa le puso un cerrojo a su arco cada vez que River atacó con peligro. Lo hizo con atajadas brillantes y a puro reflejo, como en el cabezazo que le sacó a Cavenaghi en el segundo tiempo. «Esa fue la más difícil», reconoció el arquero en los vestuarios. «Cabeceó muy solo y a quemarropa, y la pelota me pegó en la cara. Lógicamente, a medida que las cosas salen bien, uno se va agrandando. Hoy [por ayer] me salieron todas y la suerte estuvo de nuestro lado. Todos hicieron un esfuerzo enorme y esta victoria tiene un sabor muy especial», admitió el capitán correntino.

Sessa también fue fundamental a la hora de salir de su arco para cortar los centros lanzados por los hombres de River, y también contribuyó para disminuir el ritmo del partido cuando Boca Unidos se vio superado. «River fue superior. Nosotros no pudimos defendernos con la pelota y nos desbordaron mucho», analizó la figura de la noche, que cruzó toda la cancha cuando desde la tribuna local lanzaron proyectiles contra Chichizola. Sessa abrazó al arquero visitante y les hizo gestos a sus propios simpatizantes para que depusieran su actitud.

La actuación de Sessa también fue celebrada por uno de sus entrenadores, Claudio Marini: «El nivel que está mostrando es de excelencia», dijo el ex mediocampista surgido en Racing. Y agregó: «Está en un nivel altísimo y fue uno de los pilares de este triunfo», admitió Marini.

En el vestuario millonario, Matías Almeyda no cargó contra su arquero, aunque sí reconoció fallas en la última pelota. «No podemos perder por una pelota parada», fue su queja.

Fuente: La Nación