Hace mucho tiempo que la Salud ha dejado de ser un tema primordial en la agenda política de los gobiernos en la Argentina. La realidad muestra un sistema colapsado sin que desde el poder se haga nada para evitar dicha situación. ¿Cuánto importa verdaderamente a nuestros gobernantes la Salud de la población?.
La situación de la Salud en la Argentina ha ido deteriorándose con el paso del tiempo, hasta llegar al estado calamitoso que tiene hoy en día. La falta de inversión que el Estado ha venido realizando en las últimas décadas ha sumergido al sistema de Salud en una crisis terminal, que hace que para salir adelante se tenga que invertir, además de mucho dinero, muchas horas de trabajo hombre para levantar la atención sanitaria en nuestro país.
Un pobrísimo estado edilicio, con paredes y techos que se caen a pedazos; salas enteras que se inundan los días de lluvia; instalaciones eléctricas, de gas y de agua, que han quedado retrasadas por décadas; humedad en las paredes que hace irrespirable el aire para los pacientes; etc, son algunas de las muestras que evidencian una decadencia terrible, que ha puesto al sistema sanitario entre los peores de Sudamérica, cuando a principios del siglo XX, era uno de los de mayor excelencia de América Latina y que se mostraba con orgullo al resto del mundo.
El plantel de profesionales se sigue achicando por falta de presupuesto, y los médicos, enfermeras y personal de mantenimiento no dan abasto para atender la alta demanda de la población, que colma las salas de espera de los hospitales a lo largo y a lo ancho del país. Además, los bajos sueldos atentan contra la excelencia médica en los nosocomios públicos, ya que hacen que los profesionales se dediquen más a la atención privada que a la pública, lo que pone en serias deficiencias de competencia entre ambas.
El estudio denominado “Recursos humanos en salud: la Argentina en perspectiva comparada”, efectuado por el Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), deja en claro los problemas estructurales que tiene el sistema de Salud en nuestro país, lo que va en detrimento de la mejora social de la Argentina. El Cippec es una organización dedicada a analizar, monitorear, recomendar e implementar políticas públicas que ayuden al desarrollo, generen igualdad de oportunidades y contribuyan a la creación de instituciones sólidas, transparentes y eficaces, y que hace notar las deficiencias del poder para solucionar los problemas reales de la población.
Este estudio muestra que en Argentina el Estado financia los servicios que presta a través de los impuestos que recauda en todo el territorio nacional. Por otra parte, posee la responsabilidad de regular todos los subsectores que componen el sistema de salud. Actúa por medio de sus tres niveles: Nación, provincias y municipios. La Nación ejerce funciones de coordinación, regulación y asistencia técnica y financiera. Las provincias y municipios, brindan servicios directos de asistencia a la población.
El Ministerio de Salud (MS) es la máxima autoridad nacional en el campo de la salud. A nivel provincial y municipal el rol le corresponde a los respectivos ministerios y secretarías. El MS tiene a su cargo la conducción del sector en su conjunto a través del diseño de programas, dictado de normas y ejecución de acciones que permitan la coordinación entre los distintos subsectores. En la práctica el rol del MS es acotado porque maneja sólo un mínimo porcentaje del presupuesto público en salud, y dado que la salud no es una atribución delegada por las provincias a la Nación, su poder de decisión queda limitado ya que las provincias y municipios cuentan con una autonomía en sus respectivas jurisdicciones.
Densidad de Profesionales de la Salud cada 10.000 habitantes:
Bioquímicos: 5,07
Enfermeros: 3,23
Farmaceúticos: 5,4
Fonoaudiólogos: 2,03
Kinesiólogos: 3,05
Médicos: 31,04
Nutricionistas: 1,19
Obstetras: 1,02
Odontólogos: 9,2
Psicólogos: 12,03
Veterinarios: 4,38
Como puede observarse en la tabla precedente, los profesionales médicos resultan la categoría predominante en el área de salud, representando casi el 40% del conjunto seleccionado. Le siguen los psicólogos con el 15% y luego los odontólogos con el 12%. De las restantes profesiones ninguna logra superar el 7%. Una aclaración importante es que el número de profesionales de enfermería está calculado sobre los profesionales de grado universitario. Si sumamos la totalidad de los trabajadores del área de enfermería, este número resulta más cercano al ofrecido por la OMS. No obstante, los datos censales muestran la persistencia de una distorsión en la constitución del equipo de salud, en el que los médicos constituyen el grupo hegemónico.
Según datos para el año 2007, del total de asalariados del sector salud, 55% se desempeñaba en el ámbito público, mientras que el 45% restante lo hacía en el privado. El total de ocupados en el sector de ascendía a 674.000 trabajadores.
Con los datos del censo 2001 vemos que si bien los médicos varones representan el 61% del total, si lo analizamos por franjas de edad vemos una variación de los porcentajes. En el caso de las personas de 65 años y más el 80% son varones y para los que se encuentran entre los 20 y 29 años el 59% del total son mujeres.
No ocurre lo mismo en otras profesiones. La categoría de Enfermería, que tradicionalmente fue una profesión femenina, registra un movimiento inverso. Según datos del censo el 84% eran mujeres, pero entre los profesionales de más de 65 años representaban el 95%, disminuyendo progresivamente hasta el 77% de mujeres entre las personas de 20 a 29 años. Si bien es un fenómeno de menor magnitud que el que se da en los médicos, puede hablarse de un proceso de masculinización de la profesión de enfermería.
Si nos concentramos en la distribución geográfica, el estudio del Cippec muestra que existe distorsión. En la Capital Federal y en la provincia de Buenos Aires se concentra el 55% de los profesionales, mientras que la población en las mencionadas jurisdicciones no alcanza el 46%. Lo mismo ocurre con la enfermería universitaria. En este caso el 50% se agrupa en la ciudad de Buenos Aires y la provincia de Buenos Aires. La concentración en los grandes centros urbanos puede explicarse por las mayores posibilidades de inserción ocupacional y de desarrollo profesional que ofrecen.
Respecto de la relación entre médicos y enfermeros para la conformación de los equipos de salud, los datos del censo 2001 establecen que hay 19 médicos por cada enfermero universitario en la Ciudad de Buenos Aires y 10 médicos por enfermero para el total del país. Según datos del Ministerio de Salud, la relación médico/enfermero calificado es de 4 a 1. En este sentido, uno de los problemas más importantes en Argentina es la estructura del equipo de salud.
En el Sector Publico, según información provista por los Departamentos Provinciales de Enfermería en Junio de 2008, de 65.806 trabajadores de enfermería, los Licenciados/as de grado universitario representan el 7% (4.801), los Enfermeros/as el 30% (19.598) y los Auxiliares en Enfermería el 63% (41.407). Analizado el peso relativo del personal de enfermería del sector público por jurisdicción, se observa que la mayoría de las provincias tiene un alto porcentaje de Auxiliares de Enfermería, encontrándose un rango que oscila entre 92,53% y 35,20 % (corresponden a Santiago del Estero y Entre Ríos respectivamente). La situación es crítica en provincias como Santiago del Estero, Corrientes, Catamarca y San Luís, con una alta proporción de Auxiliares, (90 %).Con porcentajes que superan 80%, se hallan Misiones, Chaco, La Pampa y La Rioja y son seis las jurisdicciones que poseen valores por encima del 70%: Río Negro, Tucumán, Buenos Aires, San Juan, Formosa y Chubut. Por debajo del promedio nacional (del 63%) se encuentran Mendoza, Santa Cruz, Jujuy, Neuquén, Santa Fe, Ciudad Autónoma de Buenos Aires y Córdoba.
Pero lo que sí está en discusión en estos momentos es saber cuánta es la importancia que le dan los políticos a la Salud en nuestro país, ya que en momentos de campaña todos hablan y ofrecen proyectos de cómo van a mejorar la atención sanitaria de los argentinos, pero una vez llegados al poder parecen olvidarse de sus palabras y realizan todo lo contrario a lo que vinieron manifestando durante años.
Todo lo dicho muestra un total abandono por parte de las autoridades nacionales, provinciales y municipales hacia la situación que tienen que padecer cientos de miles de argentinos diariamente en los nosocomios públicos, y hacen muy buenos discursos de campaña en los que prometen soluciones rápidas a los problemas de salud, pero que una vez que llegan al poder, se olvidan de lo prometido y comienzan una nueva etapa de excusas que sólo sirven para seguir empeorando el deteriorado y decadente sistema sanitario argentino.
Sólo con una fuerte política de Estado que tienda al mejoramiento gradual y sustancial de los hospitales públicos, que lleve a un mejoramiento de las condiciones edilicias y laborales, que procure atender las causas y no que atienda los hechos consumados, el sistema de Salud argentino podrá volver a recuperar la excelencia que supo tener en una época, y evitar que se siga cayendo en el desgaste y deterioro de las últimas décadas.
Fuente: www.agenciacna.com