El órgano que administra el Paseo de la Costa en la ciudad surema, erogó millones en consultorías y obras menores. Uno de sus gestores, el intendente electo Horacio “Pechi” Quiroga, tendría intenciones de reimpulsarlo.
Aunque nació con la intención de aportarle atractivo turístico y áreas residenciales a la ciudad, el gran proyecto del Paseo de la Costa neuquino se fue en amagues y hasta podría decirse que quedó reducido a la categoría de “faraónico”. Prometía extenderse sobre las riberas de los ríos Neuquén y Limay, pero hasta ahora no ha mostrado más que una rambla, un apart hotel y algún que otro movimiento de tierra, siempre en la isla 132. Peor aún, pese a los escasos avances se han erogado entre 17 y 20 millones de pesos en concepto de consultorías, honorarios y otras yerbas.
Todas estas situaciones hicieron que la Cordineu (sociedad que construye el Paseo y que integran la Provincia y el Municipio de Neuquén) fuera el blanco de numerosas críticas oposisotoras. Pero aún así, surgió la posibilidad de que el Paseo recupere su impulso.
Al menos así lo isinuó el diputado nacional Horacio “Pechi” Quiroga, quien era intendente cuando se puso en marcha el proyecto (allá por el año 2000) y que en diciembre próximo volverá a ocupar el sillón en el que se sienta Farizano.
Precisamente, Martín es uno de los que ha criticado a la Cordineu. Sobre todo después de que Edgardo Echegaray (entonces presidente) le aconsejara considerar su disolución, dado los fracasos en el desarrollo de esa isla (a la que baña el Limay).
Dicho fracaso lo argumentó en la no concreción del plan de loteo y en las erogaciones en honorarios y obras mínimas.
Enemistado con su ex jefe Quiroga, el farizanismo siempre vio en Cordineu algo así como una fuga de recursos. “El proyecto es bueno”, dicen, “pero su implementación ha sido pésima”.
Es más, al ser consultada por La Tecla Patagonia, una funcionaria de primera línea contó que pudo confirmar la supuesta “existencia de coimas” para la aprobación de proyectos. Dijo que en 2009 ella misma armó un proyecto “trucho” en el que proponia el desarrollo de un complejo deportivo con canchas de fútbol y demás. Luego envió a un joven para que lo presentara y “lo primero que hicieron fue pedirle una comisión bastante saladita en dólares”. No hizo la denuncia, pero jura y recontra jura que lo que cuenta es verdad.
Al margen de ello, durante todos estos años también se escucharon denuncias públicas como la de Mariano Mansilla (concejal del UNE) quien alguna vez dijo lo siguiente: “El Paseo de la Costa no es otra cosa que un negocio inmobiliario al que sólo pueden acceder unos pocos” mientras “el resto de los neuquinos nos quedamos sin nuestro derecho a usar las costas”.
Autor de Nota: Revista La Tecla Patagonia