«Carlitos era un ser maravilloso y quedamos hechos un papelito»

Eso dijo la madre del hombre asesinado en La Plata. La familia quedó devastada. Por el crimen hay un detenido al que entregó su madre y dos prófugos. Apareció un testigo clave.

Los familiares y amigos de Carlos Marcelo Palomo (35), el hombre que en la madrugada del viernes pasado fue asesinado de un puntazo en el corazón en 120 y 530, no logran entender el trágico final. Por el crimen hay un detenido y buscan a otros dos sospechosos, uno de los cuales sería familiar de integrantes de una conocida banda de delincuentes de Tolosa, informaron fuentes policiales.
El acusado que está detenido cayó en la madrugada del sábado, cuando su madre se presentó ante la DDI, confirmó la participación del joven de 18 años en el crimen, aportó datos de los dos presuntos cómplices y pidió garantías para su hijo, ya que -según fuentes policiales- “la víctima era de la Uocra y temía represalias desde ese gremio”. El adolescente, oficialmente identificado como Leandro Damián Gallardo, fue aprehendido en la casa de su hermana, en el Barrio Hipódromo. Le dicen “goma quemada”. Ayer, en tanto, se presentó ante la fiscal Virginia Bravo un menor que dio detalles del hecho y complicó al imputado, al decir que la víctima fue asesinada para encubrir el robo, es decir, un homicidio agravado por “criminis causa”.
Más allá de los detalles del caso, Audelina Matorras (54) no puede dejar de pensar en su hijo. “Carlitos era un ser hermoso y maravilloso. Trabajador y alegre. Lo despidieron medio millar de personas. Mi hijo parecía un personaje gigante”, aseguró a Trama Urbana. La mujer se refiere al cortejo fúnebre que el sábado acompañó a los restos desde la sala velatoria de 1 y 530 hasta el Cementerio Municipal.

“Como todos los días“
La mamá de Palomino recordó los dramáticos momentos que vivió el viernes último. “(Carlos) se fue de casa a las 5 de la mañana, como todos los días. Se puso el gorrito con el escudo de River, la ropa de trabajo y en la mochila llevaba el casco. Siempre iba caminando hasta 2 y 44 para tomarse el micro que lo llevaba al puerto de Berisso”, recordó Audelina.
Pero, como se sabe, Carlos salió de su domicilio de 525 entre 120 y 121, y en 120 y 530 lo mataron.
El único hermano varón de Palomo, Víctor Hugo (38), fue el primero de la familia en enterarse de la terrible noticia. “Me llamaron para preguntarme si mi hermano o yo habíamos tenido un accidente. Yo volvía de Capital Federal, y pasé por mi casa. Mi vieja me dijo que Carlos había salido como siempre. Hice el camino que él hacía y lo encontré tirado en el piso al lado de un policía”, contó Víctor.
“Como mi hermano no tenía problemas con nadie, era un ser cariñoso y conocido en el barrio, pensé que había sufrido un accidente. Pero cuando me avisaron que lo habían matado, no lo podía creer”, aseguró el hombre, también soldador, como Carlos.

“No tengo ganas de nada”
La madre de Palomo quedó devastada. “Tengo serios problemas cardíacos y estoy muy medicada. No sé cómo voy a superar la ausencia de mi hijo”, afirmó entre lágrimas.
“Todos los días me traía un chocolate. Siempre atendía todos los detalles. Se bajaba en la zona de la terminal, volvía caminando y aprovechaba para hacer los mandados. Mi hora crítica será siempre las siete de la tarde, cuando él llegaba”, indicó la mujer.
Hasta el día del crimen Audelina atendía en su casa una feria americana, pero ya no: “No tengo ganas de nada”, resumió.
Carlos era tan querido por sus compañeros de trabajo que “a la obra que están haciendo en el puerto le quieren poner su nombre”, contó Víctor.
“Somos una familia unida y fuerte, pero quedamos hechos un papelito”, explicó la mujer.
Audelina recordó que a Carlos le encantaba escribir poemas y que casi todos los días iba al bar “La Placita”, de 8 y 43, para tomarse una cerveza y compartir una picada con sus amigos.
Victorino Palomo, el padre, tiene 75 años y es sereno en una fábrica. “El está destruido. No quiere ni hablar”, comentó su esposa.
Carlos era conocido en la hinchada de River como “El Ronco”. “Nunca faltaba a la cancha. Era fanático”.

Conformes con los investigadores policiales

Víctor Hugo Palomo, hermano de Carlos, destacó el trabajo de los investigadores policiales. “Se mostraron muy humanos. El policía que encontré al lado del cadáver de Carlos estaba llorando. Es que se lo cruzaba todas las madrugadas en la 120”, contó.

Caminó cinco cuadras y lo mataron de un puntazo

Carlos Palomo salió de su casa de 525, 120 y 121, donde vivió desde que nació, como solía hacer desde los 18 años. Quiso llegar a 2 y 44, pero en 120 y 530 lo asesinaron de un puntazo. Suponen que fue un intento de robo.

Iba a viajar a Jujuy para ver River-Gimnasia

La víctima del crimen del viernes pasado era miembro fundador de la Agrupación Riverplatense de La Plata. Según Audelina, su madre, Carlos Palomino -”El Ronco” le decían- tenía planeado viajar ayer a Jujuy para ver el partido de su equipo contra Gimnasia.

Radiografía de El Mercadito: droga, robos y ajustes de cuentas

El Barrio El Mercadito está ubicado en Tolosa. Abarca las calles de 516 a 526 y de 120 a 116. Incluye el barrio conocido como “La Laguna”, unos monoblocks construidos en la administración municipal de Julio Alak. La mayoría de los comercios atienden tras las rejas. Los vecinos prefieren no hablar de la inseguridad con la prensa, pero sus miradas transmiten preocupación y miedo.
Desde el 10 de septiembre pasado ocurrieron en esa zona tres asesinatos. El primero fue ese día, en 120 y 521. La víctima, un adolescente de 16 años, Federico Güera, murió de un tiro en la cabeza. De acuerdo a los pesquisas, el homicida fue un hombre con el que el menor había asaltado a una mujer un rato antes en 120 y 522. “Hubo una discusión al repartir el botín y la discusión terminó con un tiro”, explicó uno de los detectives. El criminal está prófugo.
El 29 de octubre pasado, en 119 entre 517 y 518, fue asesinado Jerónimo Matías Hynkiewcz, de 26 años. Para los investigadores, lo mataron cuando entraba o salía del barrio, al que habría ido para comprar drogas.
El crimen de Carlos Palomino (35) fue el último de la seguidilla. Ocurrió el viernes en 120 y 530, y aunque en un primer momento se pensó que había sido por una discusión por una mala maniobra en la calle, al parecer se trató de un intento de asalto. Es que los tres sospechosos pertenecerían a una bandita a la que vinculan con robos callejeros en la zona.
Para uno de los voceros policiales consultados, los operativos antidrogas que se llevan a cabo en la zona no alcanzan. “La oferta de paco y marihuana, ambas de mala calidad y precios bajos, genera situaciones límites. Los ladrones atacan a los compradores de estupefacientes y eso crea tensión entre bandas”, explicó el detective. También es moneda corriente la presencia de delincuentes que atacan a transeúntes para sacarles lo que tengan.

Fuente: Diario Hoy