Nos matamos porque no nos importa matarnos, ni matar. Si nos importara no manejaríamos a la velocidad que manejamos, no desafiaríamos al peligro como lo desafiamos. Nos cuidaríamos más y cuidaríamos más a los otros
En San Luis el chofer del colectivo embestido por un tren manejaba con auriculares puestos.
En Chacabuco el camión y el minibús que chocaron en la ruta 7 iban a velocidad excesiva por donde debían hacerlo con precaución y cuidado.
Las tragedias en las rutas no son casuales, no suceden porque sí. Un alto porcentaje ocurre por errores humanos: por irresponsabilidad, por desidia, por inconsciencia.
¿Por qué salimos a la ruta a matar, a suicidarnos?
Nos matamos porque vamos apurados. Porque queremos pasar primero que los otros un cruce de rutas, un paso a nivel, un tramo donde la velocidad está restringida.
Nos matamos porque no nos respetamos. Porque los otros no nos importan. Porque concebimos el mundo a partir de nosotros y no al revés: un mundo del que somos apenas un integrante más. Porque nos creemos el centro de todo.
Nos matamos porque no respetamos las normas. Nos distinguimos por lo contrario: nuestra picardía para violarlas.
Nos matamos porque tenemos invertida la escala de valores: en la ruta siempre hay algo más urgente y necesario que cuidar la vida.
Nos matamos porque todo nos da lo mismo, incluso la vida y la integridad de los demás.
Nos matamos porque no nos importa matarnos, ni matar. Si nos importara no manejaríamos a la velocidad que manejamos, no desafiaríamos al peligro como lo desafiamos. Nos cuidaríamos más y cuidaríamos más a los otros.
Nos matamos porque nada nos enseña ni conmueve, ni siquiera las tragedias provocadas por otros. Por eso las repetimos, tercos y aplicados.
Nos matamos porque no valoramos la vida.
Nos matamos
Fuente: http://www.lacapital.com.ar/opinion/Por-que-nos-matamos