Italia ha pasado de no admitir más que «consejos» de la UE y el Fondo Monetario Internacional a tener que reconocer que su actividad económica y el programa de reformas que su presidente Silvio Berlusconi, ha presentado ante la UE, será vigilado de cerca por un equipo de inspectores que supervisarán trimestralmente el grado de cumplimiento de los pactos alcanzados. José Manuel Durao Barroso, presidente del Ejecutivo comunitario, ha anunciado para la próxima semana la primera de estas «visitas».
Italia queda al borde de la intervención, «supervisada» trimestralmente por el FMI
En el edulcorado lenguaje diplomático, Barroso ha señalado que «Italia ha decidido por iniciativa propia pedir al FMI que supervise la aplicación de sus compromisos». «Esto es una prueba de lo importante que el proceso de reformas en Italia es para el país y para la eurozona en su conjunto», ha explicado.
La base de la supervisión por parte del Fondo será la carta enviada la semana pasada por Berlusconi a Barroso y al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en la que enumeraba las reformas, entre ellas el logro del equilibrio presupuestario en 2013, el retraso de la edad de jubilación o la reforma del mercado laboral. Los países de la eurozona ya pactaron en la cumbre del 26 de octubre que el Ejecutivo comunitario vigilará la aplicación de estas reformas.
«La Comisión Europea llevará a cabo una evaluación y vigilancia detallada de la situación italiana y la semana que viene ya iremos a Italia para realizar este tipo de control», ha dicho Barroso.
«Todo lo que podamos hacer para garantizar la credibilidad de los esfuerzos de todos nuestros Estados miembros es importante, no sólo para la eurozona sino para la estabilidad mundial», ha resaltado el presidente del Ejecutivo comunitario.
La supervisión a cargo del FMI y de Bruselas de las reformas en Italia es necesaria, ha señalado Barroso, porque «hay dudas en los mercados». «Hemos visto la evolución del diferencial de Italia», ha resaltado.
«Las discusiones con las autoridades italianas tuvieron lugar en una atmósfera muy serena. No en una atmósfera de ´diktat´, imponiéndoles algo. Fue una atmósfera de cooperación para reforzar la credibilidad del programa», ha dicho el presidente del Consejo Europeo. «La situación de Italia es totalmente diferente a la situación de Grecia. Totalmente diferente», ha enfatizado Van Rompuy.
GRECIA DEBE CUMPLIR
En cuanto a Grecia, los líderes del G-20 han reiterado su llamamiento a la unidad nacional por considerarla «clave» para llevar a cabo las reformas «exigentes pero imprescindibles» exigidas a cambio del segundo rescate de la UE y el FMI. «Necesitamos que Grecia demuestre su compromiso con las decisiones que ella misma ha aprobado», ha explicado Barroso.
«Queremos que Grecia siga en el euro. Al mismo tiempo, Grecia debe decidir si está dispuesta a asumir los compromisos que conlleva formar parte del euro», ha insistido el presidente de la Comisión.
ACCIÓN CONJUNTA COORDINADA.
Por otro lado, la directora gerente del FMI asegura que con una acción colectiva adecuada el Producto Interior Bruto (PIB) mundial podría aumentar en un 1,5% hasta 2016 y se podrían crear entre 20 y 40 millones de nuevos puestos de trabajo.
Lagarde subraya el «espíritu de cooperación multilateral» de la reunión encarnado en el plan de acción para el crecimiento y el empleo, así como el imperativo de que éste sea implementado, ya que los problemas del alto desempleo y una adecuada seguridad social deben ser abordados de forma urgente.
«El FMI está comprometido en fortalecer su trabajo en la interacción entre la política macroeconómica y los aspectos sociales y convertirlo en una cuestión prioritaria. (…) Hay mucho en juego», añade.
Lagarde destaca que los líderes del G-20 han reconocido que «todos se enfrentan a enormes retos políticos» en un momento en el que la economía mundial ha entrado en una fase más incierta. «Aunque aún queda mucho más trabajo por hacer, nuestros dos días de activas discusiones en Cannes han demostrado que podemos encontrar una terreno común para un bien mayor», añade.
Asimismo, agradeció el apoyo mostrado por el G-20 para fortalecer el papel del FMI en tres áreas. En concreto, celebra sus compromisos para que la institución tenga los fondos adecuados para ejercitar su papel sistémico, así como para mejorar sus líneas de créditos para ayudar a sus miembros a hacer frente a las crisis, y destaca que el G-20 ha subrayado la importancia de fortalecer una mayor vigilancia por parte del FMI.
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