El veredicto en el juicio que se les sigue a dos jóvenes acusados del crimen de un niño de 9 años asesinado en 2002, durante un robo contra su padre policía cometido en la localidad bonaerense de Los Polvorines, se conocerá hoy en los tribunales de San Isidro.
Mario Leguizamón, padre del nene asesinado -Maximiliano-, informó a Télam que está previsto el inicio de la audiencia para las 12, en el edificio judicial situado en Ituzaingó 340, en la zona norte del conurbano.
El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) 2 de San Isidro, integrado por los jueces Luis Cayuela, Juan Stepaniuc y Leonardo Pitlevnik, resolverá si condena o no a Gabriel Raúl Figueroa López (26), alias «Larry», y Martín Román (27).
El martes último, el fiscal de juicio pidió al tribunal que los dos acusados sean condenados a prisión perpetua por el delito de «homicidio calificado».
Sin embargo, fuentes judiciales precisaron a Télam que si bien esa calificación penal contempla el castigo requerido por la fiscalía, como los acusados eran menores de edad al momento de cometido el hecho, no se les podrá aplicar una condena mayor al máximo previsto para la tentativa de ese delito, o sea 16 años y ocho meses.
No obstante, el fiscal pidió a los jueces que no tengan en cuenta que los imputados eran menores al momento del hecho y, en forma subsidiaria, reclamó que ambos reciban penas de 37 años de prisión.
A su turno, las defensas reclamaron la absolución de los acusados por falta de pruebas, tras lo cual, el tribunal ofreció a los acusados pronunciar sus «últimas palabras» del proceso.
En esa instancia, Figueroa -quien será juzgado en otro debate oral por el secuestro y crimen de Matías Berardi (16), cometido en 2010-, dijo que él no estuvo en el lugar del hecho, mientras que Román reconoció su presencia en la escena del crimen pero dijo que él no cometió el homicidio.
«Me pidió perdón y me dijo que no tuvo la intención de matar al nene», explicó Mario Leguizamón, padre de la víctima, que no se constituyó como particular damnificado en la causa y es acompañado por la Asociación Madres del Dolor.
El juicio comenzó la semana pasada, cuando Leguizamón padre declaró como testigo y reconoció a los acusados como dos de los delincuentes que lo asaltaron y con los que se enfrentó.
El hecho ventilado en el debate ocurrió el 1 de abril de 2002, cuando Mario Leguizamón, quien pr
estaba servicios en la Jefatura Departamental de San Isidro pero estaba franco de servicio y vestido de civil, circulaba en un Fiat Siena junto
a su padre Juan Pablo Leguizamón y su hijo Maximiliano, por la calle Arrieta de Los Polvorines.
Al llegar a Arrieta, entre Pío XII y Darragueira, tres delincuentes armados interceptaron el auto y exigieron su entrega al conductor, que se identificó como policía e impartió la voz de alto.
Ante esa situación, los asaltantes comenzaron a disparar, por lo que el policía repelió la agresión. A raíz del tiroteo, el efectivo resultó herido de tres balazos y su padre de uno en el omóplato derecho, mientras que su hijo recibió un impacto en el rostro que le provocó la muerte cuando era asistido en el hospital Carrillo de Los Polvorines.
En tanto, minutos después del crimen, vecinos de la zona lograron detener a Román, quien por entonces tenía 17 años y presentaba un balazo en su brazo derecho.
Leguizamón padre contó a Télam que Figueroa fue detenido por el crimen de su hijo un día después del hecho, y que como en ese entonces era menor de edad, al igual que Román, ambos fueron alojados en institutos de seguridad de donde luego escaparon.
El hombre relató que «Larry» recién fue detenido en mayo de 2011 cuando lo capturaron por el caso Berardi, mientras que Román cayó preso por una causa de robo hace poco más de un año y medio.
Por último, el padre de la víctima añadió que por el crimen de su hijo había sido apresado en 2002 un tercer sospechoso pero como éste tenía menos de 16 años, y por lo tanto inimputable, quedó desvinculado de la causa.
Fuente:Diario Hoy