De Narváez pidió al Gobierno que inicie la etapa de diálogo

«Hoy no somos los elegidos para gobernar; tampoco somos los que nos vamos? Somos los que vienen.» Con esta frase que eligió para cerrar su discurso unos minutos después de que su adversario político, Daniel Scioli, anunciara su contundente victoria en la provincia de Buenos Aires, Francisco de Narváez reconoció la derrota. El diputado nacional y precandidato a gobernador bonaerense por Unión para el Desarrollo Social (Udeso) aseguró que iba a «acompañar» a los vencedores sin abandonar el perfil crítico y festejó que su partido se consagró como la «segunda fuerza» en el distrito bonaerense.

«Quiero darle un mensaje: somos la otra voz. Miles de bonaerenses nos han honrado con el voto. Y vamos a avanzar en la construcción de una provincia eficiente, honesta y austera. Por eso le digo a la Presidenta que cuente con nuestro apoyo en todo lo que le haga bien al pueblo, pero haremos nuestra más honesta propuesta cuando no compartamos su visión. También deberá iniciar ahora una etapa de diálogo que tanta falta le hace al país», sostuvo De Narváez, que confirmó la continuidad de su partido Unión Celeste y Blanco.

Después de agradecerle especialmente a su compañero de alianza Ricardo Alfonsín, el candidato a gobernador, escoltado por los candidatos Graciela Ocaña, Mónica López y José Scioli, entre otros, comentó: «También el gobernador Scioli tiene nuestro apoyo. Vamos a vencer y no ser vencidos por el crimen organizado, el narcotráfico y el paco». Y agregó: «Seremos fieles custodios de los intereses de los bonaerenses y vamos a seguir avanzando con nuestras ideas y principios».

En el búnker de Las Cañitas, antes y después de los comicios, el ambiente fue distendido. El frenesí de los políticos y candidatos a diputados por Udeso era presagiar si De Narváez iba a lograr superar los 15 puntos o si alcanzaría los 20. Pero de ninguna manera confiaban en dar vuelta los resultados de las primarias, por tanto el «nerviosismo electoral» estuvo ausente. La expectativa giró en torno a si José «Pepe» Scioli (hermano de Daniel) alcanzaba los votos suficientes para ser elegido senador nacional, algo que todavía no estaba definido al cierre de esta edición.

De Narváez cumplió con el protocolo: cerca de las 19, llamó a Daniel Scioli para felicitarlo por el triunfo. Desde su oficina de Las Cañitas le reconoció al gobernador reelegido que la victoria había sido clara. Después, su equipo de trabajo procuró realzar con música y con remeras rojas un segundo puesto que en los números tenía poco para el festejo. Pero que, de todas maneras, no faltó.
Fuente: lanacion.com