Una empleada de la hija de Fortabat procesada por intento de extorsión

Flavia Corradini trabajó siete meses como mucama de María Inés de Lafuente Lacroze. Su asesor se reunió con el entorno de la heredera y le pidió un millón y medio de dólares para no divulgar datos fiscales y cuentas en el exterior.

Fueron siete meses de trabajo como mucama con una empleadora importante: la única hija y heredera de la empresaria Amalia Lacroze de Fortabat. Durante ese tiempo, Flavia Corradini tuvo acceso a información privada sobre la vida de María Inés de Lafuente Lacroze, fruto del matrimonio de la empresaria casi centenaria Sara María Amalia Lacroze Reyes Oribe (“Amalita”) y Hernán de Lafuente Sáenz Valiente.

Corradini trabajó como empleada doméstica entre el 22 de julio de 2009 y el 26 de febrero de 2010. Ese día, “previa firma de un acuerdo de confidencialidad, al tener la imputada acceso a información de su vida familiar y privada que no era de su interés que se divulgue en los medios”, el vínculo laboral concluyó.

Pero en diciembre de 2010, “Alberto Lorenzo, empleado de la denunciante, recibió un llamado de quien se presentó como Roberto Weinstein, abogado de Corradini y manifestó que su cliente contaba con información de la damnificada que divulgaría de no llegar a un acuerdo con él”. El silencio tenía un precio: un millón y medio de dólares.

Los abogados de la heredera de Lacroze de Fortabat, del estudio Allende & Brea, accedieron a reunirse con Weinstein para escuchar su propuesta. “Esa reunión, habría sido filmada y constatada por un escribano público”, según surge de la documentación a la que tuvo acceso Tiempo Argentino.

El diálogo fue tenso. Weinstein pronunció frases como “mi cliente está sumamente ofendida”, “quiere sangre”, “ella quiere ir a la AFIP, a todos lados”, “tiene todos los movimientos de la señora”, “cuentas negras en el exterior”, “tiene todo el movimiento negro que ella realizaba para la señora”, “es grave la cosa”.

El abogado de la empleada intentó un acercamiento: “Yo la he parado. Ella quería ir a Noticias, a la AFIP… Yo le voy a ser franco ella quiere un millón y medio de dólares. De lo contrario ella va a hacer pomada todo.”

Luego exhibió finalmente copias de la documentación que la mujer efectivamente poseía: “Datos de cuentas bancarias en entidades extranjeras (que detallan sus activos y distintas inversiones concretadas), notas ordenando transferencias, declaración jurada de bienes personales e incluso fotocopias de su agenda personal”, según quedó reflejado en el expediente.

“Puede mirar todo lo que quiera para que usted vea qué comprometida está la señora con todo esto”, advirtió el abogado.

Todo quedó filmado. Incluso la expresión: “No estoy apurándolo por placer, doctor. Discúlpeme pero es una cuestión que si no se me va a escapar de las manos. Ella quiere tener una solución al tema. Me está apurando.”

Weinstein deslizó también la posibilidad de “un reclamo laboral, daños y perjuicios” por la ruptura de la relación laboral. Pero rápidamente desalentó esa posibilidad, “de la liquidación laboral olvídese, porque la liquidación laboral ¿qué le puede dar?, 200 mil, 300 mil pesos. Pero acá yo le estoy hablando de lo que apunta ella, quiere mucho más por todo lo que tiene.”

La reunión se cerró con una invocación del patrocinante: “Todo tiene solución en la vida.”

La heredera de la ex empresaria cementera no cedió. Por el contrario, formuló la denuncia penal que recayó ante el juez Manuel Campos, y luego ante la Sala Primera de la Cámara del Crimen. Todos coincidieron en que la mucama y su abogado incurrieron en el delito de “extorsión en grado de tentativa”, una figura que contempla penas de hasta cinco años de cárcel. Sus bienes fueron embargados hasta cubrir la suma de 20 mil pesos.

Fuente: Tiempo El Argentino